El Ministerio de Educación de China ha pedido a las universidades que inspeccionen todos los trabajos de investigación sobre edición de genes y presenten un informe al Gobierno para final de año que demuestre que éstos no violan límites éticos.
El mes pasado, el investigador de Shenzhen He Jiankui conmocionó al mundo al afirmar que había editado los genes de unas niñas gemelas cuando eran embriones. El anuncio fue recibido con críticas a nivel mundial y en China. Se desconoce el paradero actual del investigador.
El aviso del ministerio, que se publicó en los sitios web de varias universidades el jueves, pedía a las instituciones que centraran su "autoinspección" en todos los programas relacionados con la edición genética desde 2013. Se pidió a las universidades que abordaran el trabajo realizado con hospitales afiliados y organismos internacionales y que incluyan la edición de línea germinal, donde se alteran las células reproductivas, lo que resulta en cambios que se transmiten a los descendientes.
El ministerio pidió que las universidades examinen si se han respetado los límites éticos en los trabajos y se han acatado las leyes pertinentes. También pidió a las universidades que presentaran detalles de los programas, además de sugerencias sobre cómo reforzar la ética en ciencias de la vida y médicas en la educación superior.
Científicos chinos aún apuntan a supremacía en edición genética
Los investigadores chinos han sido muy activos en la experimentación del uso de Crispr, una herramienta de edición de genes que hace que la alteración del ADN sea relativamente fácil y que He usó en su prueba. Si bien la técnica se perfeccionó en 2012 en Estados Unidos, China ha sido la primera en muchos frentes: desde su uso con éxito en monos, a pruebas en embriones de laboratorio que no están destinados a nacer, o adultos con cáncer.
El Gobierno de China ha dicho que el trabajo de He eludió las regulaciones de 2003 que rigen la fertilización in vitro, las cuales prohíben el uso de embriones manipulados por genes para la reproducción. Pero la ley china no se pronuncia sobre la edición de genes en humanos adultos donde los cambios no afectan a las generaciones futuras, instando solo a una "supervisión rigurosa" por parte de las instituciones médicas.
Estados Unidos no permite el uso de Crispr para editar la línea germinal. Y aunque los reguladores estadounidenses no han prohibido la edición de genes en humanos adultos, la FDA ha prestado especial atención a estas propuestas, suspendiendo durante meses los ensayos para llevar a cabo un control regulatorio.