¿Qué es lo que realmente motiva a las personas inteligentes? ¿Por qué algunos terminan ganando mucho más que otros? ¿Y cuánto tienen que ver estos resultados dispares con sus personalidades? Un nuevo estudio de Miriam Gensowski, de la Universidad de Copenhague, mostró algunos resultados fascinantes sobre estas y otras preguntas.
Gensowski vuelve a analizar una serie de datos de todas las escuelas de California, de primer a octavo año, en 1921-1922, basándose en los alumnos que obtuvieron puntajes en el 0,5 por ciento superior de la distribución de coeficiente intelectual (CI). En esa época eso significaba puntajes de 140 o más. Los datos cubren qué tan bien les fue a estos estudiantes, 856 hombres y 672 mujeres, hasta 1991. Los estudiantes fueron calificados según sus rasgos de personalidad y comportamientos, siguiendo líneas similares a los "Cinco Grandes" rasgos de personalidad: apertura a nuevas experiencias, ser consciente o responsabilidad, extraversión, afabilidad e inestabilidad emocional.
Un resultado sorprendente es la gran importancia del rasgo de la consciencia o responsabilidad. Los hombres que fueron evaluados en una desviación estándar más alta en conciencia ganan un promedio de US$567.000 más durante sus vidas, o un 16,7 por ciento de las ganancias promedio de por vida. Ser evaluado como extrovertido, de nuevo en una desviación estándar más alta que el promedio, tiene casi el mismo valor, US$490.100. Estas ganancias tienden a aumentar más para los hombres con mayor nivel educacional.
Para las mujeres, la magnitud de estos efectos es menor (por un lado, las mujeres ganaron menos debido a las oportunidades restringidas). Además, la extroversión está más fuertemente correlacionada con mayores ganancias que la consciencia, a diferencia de los hombres.
Puede sorprenderle saber que los hombres más "afables" ganan significativamente menos. Mostrar una desviación estándar más alta en la afabilidad reduce las ganancias de por vida en aproximadamente un 8 por ciento, o US$267.600. En este contexto, se puede pensar que la afabilidad significa que una persona es menos antagónica y es más probable que considere los intereses de los demás. Tal vez pensaría que la afabilidad estaría correlacionada con mayores ganancias, pero, por desgracia, no. Dicho esto, este resultado solo se confirma para las personas de alto CI en California durante este período del siglo XX. Puede o no ser una verdad en forma más general. Y como siempre, la correlación no prueba la causalidad. Una posibilidad es que los hombres más afables se autoseleccionen para profesiones con menores ingresos y más subordinados, en cuyo caso actuar como un imbécil en el trabajo no le dará automáticamente ese sueldo más alto.
Un CI más alto también está correlacionado con mayores ganancias, en alrededor del 5 por ciento o US$184.100 para un aumento de la desviación estándar. Eso resulta un poco sorprendente, porque la muestra ya se encuentra dentro de una banda de individuos de muy alto CI. Pero aparentemente ser "aún más inteligente", al menos medido según el CI, se correlaciona con un mayor salario.
De manera más general, estos rasgos de personalidad comienzan a correlacionarse más fuertemente con el ingreso cuando los trabajadores están en sus primeros 30 años, y su influencia alcanza su punto máximo entre las edades de 40 y 60 años, disminuyendo a partir de entonces.
Los datos también conducen a algunas formas interesantes de repensar la educación. No hay evidencia, por ejemplo, de que las personas que tuvieron más educación superior obtuvieron una mayor consciencia. Dicho esto, luego de ajustarse a los rasgos de personalidad, la educación superior sí parece producir rendimientos financieros bastante altos, más del 12 por ciento al año por obtener un título universitario, nuevamente dentro de esta muestra solamente. Un doctorado tiene un valor aproximado de 1,5 veces eso, o alrededor de US$1,7 millones.
Estas correlaciones son solo sugestivas, pero son consistentes con un modelo en el que ir a la universidad no enseña a los más listos cómo apretarse el cinturón, pero sí imparte algunas habilidades concretas y tal vez les da las conexiones para ganar mucho más dinero. Las correlaciones son una evidencia en contra de la visión de que los que tienen más educación ganan más principalmente porque son intrínsecamente mejores trabajadores; este conjunto de datos mide esa variable de manera independiente y nos ayuda a clasificar la contribución marginal de la educación superior a los ingresos. Pero tenga en cuenta que no hay un retorno especial por ser el mejor alumno de la clase.
Otro resultado interesante de los datos es que el CI y la conciencia no están muy bien correlacionados. Eso implica que encontrar trabajadores ideales no es tan fácil. La calidad de la apertura a nuevas experiencias, sin embargo, se correlaciona de manera moderadamente positiva con el CI, por lo que se podría esperar que los trabajadores más inteligentes estén más dispuestos a experimentar y probar cosas nuevas.
Todavía no sabemos cuán generalizables podrían ser estos resultados, en parte porque no todas las regiones de Estados Unidos ofrecen las mismas oportunidades de California. Además, los resultados miden cómo funcionaban las cosas en un EE.UU. un poco más antiguo, y tal vez han cambiado para las mujeres más que para los hombres.
Sobre todo, me sorprende lo poco que sabemos sobre lo que determina las ganancias, o cuánto importa la personalidad humana para los resultados en la vida, o qué tan bien podemos medir la personalidad en primer lugar. Usted debe ver esta investigación como la primera palabra, no la última. Mientras tanto, tal vez no sea tan mala idea apretarse el cinturón y trabajar duro, no sea tímido, y no se espante si es un poco gruñón a veces. Su sueldo puede depender de ello.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.