Para alguien que evita ser el centro de atención, el multimillonario de productos químicos Jim Ratcliffe ha estado en las noticias bastante seguido últimamente. Fue coronado en mayo como la persona más rica de Gran Bretaña por el Sunday Times y nombrado caballero por la Reina en junio, y ahora está a punto de abandonar el Reino Unido para vivir en Mónaco, según The Telegraph, lo que generó una ola de críticas dado su apoyo al brexit.
A este corredor, montañista y aventurero que habla sin rodeos, sin duda le gusta estar ocupado. También está desarrollando un sucesor del Land Rover Defender, uno de los favoritos de las clases rurales adineradas de Gran Bretaña, y poniendo sus manos sobre activos trofeo como Belstaff, fabricante de chaquetas para moto, un club de fútbol suizo y un parque de safari. También se ha informado que le gustaría comprarle a Roman Abramovich el Chelsea Football Club.
Ratcliffe, de 65 años, sin duda puede pagarlo. Su imperio global de productos químicos, Ineos Ltd., generó US$6.600 millones de Ebitda en 2017, con ventas de aproximadamente US$60.000 millones, gracias a la gran demanda y un control implacable de los costos. Su patrimonio asciende a aproximadamente US$14.500 millones, de acuerdo con el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, basado en su participación del 60 por ciento en Ineos y un par de megayates. Este quizás es un cálculo moderado.
Sin embargo, es un personaje complicado y su compañía anglo-suiza es bastante poco transparente. Aun así, si se está preguntando qué se necesita para convertirse en la persona más rica de Gran Bretaña, aquí le contamos cómo lo hizo.
No se preocupe por empezar tarde
Ratcliffe, quien estudió ingeniería química y trabajó más tarde en capital de riesgo, comenzó como empresario recién en 1992, a la edad de 40 años, y fundó Ineos hace solo 20 años. Se expandió rápidamente mediante la compra de activos petroquímicos pasados de moda descartados por grandes grupos petroleros y químicos. Al recortar los costos fijos, pronto logró que la mayoría de ellos generara mucho efectivo, lo que le permitió refinanciar préstamos. Los socios de confianza de Ratcliffe, Andy Currie y John Reece, poseen cada uno casi una quinta parte de Ineos.
Haz amigos con deuda, pero no te enamores
Uno de los grandes talentos de Ratcliffe es persuadir a los bancos de que le presten grandes cantidades de dinero contra los activos de Ineos para utilizarlo en más negocios. Uno de los más importantes fue la compra en 2005 por US$9.000 millones del negocio de petroquímicos Innovene, de BP, que convirtió a Ineos en un gran actor en la industria. Sin embargo, la crisis financiera mostró lo riesgoso que puede ser el endeudamiento. La demanda de productos químicos colapsó en 2008, Ineos incumplió un contrato de deuda y sus bonos cayeron a alrededor de 10 centavos por dólar. Ineos logró sobrevivir, pero Ratcliffe todavía resiente las comisiones extra que tuvo que pagar a los prestamistas. Parece haber aprendido su lección. La deuda neta del grupo principal era de más de 7.000 millones de euros (US$8.000 millones) en 2009, o 7 veces el Ebitda, según los datos de Bloomberg, pero esa cifra cayó a menos de 2 veces a fines del año pasado. Ha sido capaz de pagar aproximadamente 500 millones de euros en dividendos durante los últimos dos años. No es de extrañar que Ratcliffe haya realizado una serie de compras.
Nunca venda capital accionario y definitivamente no salga a bolsa
Ratcliffe una vez dirigió una empresa que cotizaba en bolsa (Inspec, que vendió en 1998) pero parece que no tiene ninguna intención de hacerlo de nuevo. Considera que los mercados públicos son de muy corta duración y no valoran adecuadamente los productos químicos de materias primas y cíclicos. Vender capital accionario es tonto si no es necesario. "Una vez que se va, nunca lo recuperas", dice. Elon Musk sin duda estaría de acuerdo. Al igual que Musk, Ratcliffe se manifiesta contrario a unos veintitantos analistas de renta variable (todavía "en pantalones cortos") y muy reacio a los directores no ejecutivos. Además de los tres propietarios, Ineos Group Holdings tiene solo un miembro más del directorio. Algunas agencias de crédito advierten que esto podría ser un problema potencial, junto con las transacciones con partes relacionadas que involucran a Ineos.
Controlar la situación
Piense en Ineos como el anti-BASF. A diferencia del gigante burocrático alemán, el imperio Ineos de Ratcliffe está dirigido por un pequeño equipo de 40 personas desde la sede de Knightsbridge. El poder se transfiere a las unidades de negocios y los gerentes reciben incentivos para impulsar las ganancias. Sin embargo, para un extraño, hacer un seguimiento de todas las filiales es difícil. Ineos tiene casi 20.000 empleados en más de 30 unidades de negocios de químicos y petróleo y gas. Esto hace que las finanzas sean muy complicadas, algo que Ratcliffe y Reece –que tienen estudios de contabilidad– parecen disfrutar.
No sea siempre agradable
Ratcliffe es un personaje divisivo, admirado por su capacidad en los negocios, pero despreciado por muchos sindicalistas y ecologistas (Ineos quiere realizar fractura hidráulica en el Reino Unido). En 2013, Ineos se enfrentó a los sindicatos en su planta petroquímica de Grangemouth, que opera con pérdidas, amenazando con cerrarla, donde luego impulsó recortes a los beneficios de pensión. Junto con nueva inversión y la importación de etano de gas shale más barato a través de supertanqueros desde Estados Unidos, esto parece haber funcionado, al menos desde una perspectiva comercial. El negocio petroquímico de Grangemouth obtuvo 150 millones de euros de ganancia neta el año pasado, según un documento oficial.
Sé patriota, a menos que sea demasiado costoso
A Ratcliffe claramente le gusta el Reino Unido, de lo contrario no seguiría comprando activos allí, pero es una relación complicada. Criticó justificadamente a su gobierno por permitir que la base industrial perdiera fuerza y tiene una debilidad por la ingeniería alemana: está desarrollando el Defender allí y prefiere las relaciones laborales más consensuadas de Alemania.
Es difícil justificar su actitud hacia los impuestos. En 2010, trasladó a un grupo de personal clave a un pueblo cerca de Ginebra luego de que el primer ministro laborista Gordon Brown no permitiera que Ineos difiriera una gran factura de impuestos a las ventas. Ratcliffe regresó al Reino Unido en 2016, pero ahora está a punto de partir a Mónaco, que también tiene un sistema tributario bastante favorable.
Esto también nos hace pensar en su apoyo al brexit. No es el único partidario adinerado del brexit que ha explorado rutas fuera de Gran Bretaña para obtener su propio dinero o activos, opción que no está abierta a la mayoría de los británicos si la economía colapsa. Pero la salida de Gran Bretaña de la UE puede resultar dañina para los intereses financieros de Ratcliffe también, incluido su incipiente negocio automovilístico. El informe anual de Ineos no es exactamente un respaldo entusiasta del brexit, y advirtió que podría "interrumpir la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas" y "perturbar significativamente el comercio en el Reino Unido y los mercados de la UE en los que operamos".
Dado su deseo de que Gran Bretaña abandone la UE, parece lógico que todavía tenga intereses personales en esta lucha también, ya sea que lo observe desde Mónaco o desde cualquier otro lado.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.