El Congreso de Brasil está acelerando su respuesta a la pandemia de coronavirus que hasta ahora ha provocado una reacción lenta y a menudo errática del presidente Jair Bolsonaro.
Se espera que la Cámara Baja apruebe el viernes una propuesta conocida como el “presupuesto de guerra” que omite las leyes de responsabilidad fiscal para financiar medidas antivirus. El influyente presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, ha dicho que la enmienda constitucional, que normalmente estaría sujeta a un debate y escrutinio mucho más largos, cuenta con el apoyo de todos los partidos e incluso podría pasar por dos rondas de votación en un solo día.
“El proyecto de ley muestra el sentido de responsabilidad del Congreso”, dijo Maia en una entrevista.
La propuesta, que fue redactada por legisladores y negociada con el equipo económico de Bolsonaro, refleja un creciente sentido de urgencia por el brote, que ha cobrado más vidas en Brasil que en cualquier otro lugar de América Latina. Bolsonaro ha sido criticado por describirlo como una “pequeña gripe” y minimizar las recomendaciones de distanciamiento social de su propio ministro de Salud. Al mismo tiempo, su Gobierno ha tardado en elaborar un plan integral para apoyar a los trabajadores y las empresas afectadas por la crisis.
La enmienda constitucional establecería un comité de crisis compuesto por el presidente y los miembros de su gabinete, así como legisladores y representantes de los estados. Si bien el grupo será dirigido por Bolsonaro, faculta a los legisladores que podrían revisar todas las decisiones que toma.
La propuesta también otorgaría al banco central nuevos poderes, incluida la capacidad de compra de deuda corporativa. Eso alinearía la autoridad monetaria de Brasil con sus pares, incluidos el banco central de Colombia y la Reserva Federal de Estados Unidos.
Como enmienda constitucional, la propuesta debe ser aprobada por al menos 308 de los 513 diputados federales del país en dos votos separados. Más adelante, el proyecto de ley también tendrá que ser respaldado por 49 de 81 senadores en dos votos adicionales.
Regla de oro
En términos más generales, el “presupuesto de guerra” alejará al Gobierno de sus promesas de control de la deuda pública y reforzará las cuentas fiscales. Suspendería temporalmente la llamada “regla de oro”, una cláusula constitucional que impide que el Gobierno se endeude para pagar el gasto actual.
Los responsables políticos ya habían abandonado su objetivo fiscal 2020 el mes pasado cuando Bolsonaro declaró una calamidad pública, lo que le permite gastar fuera del presupuesto federal. El Ministerio de Economía dijo esta semana que el déficit primario, que excluye el costo del servicio de la deuda, aumentará a 419.000 millones de reales (US$79.000 millones) este año, desde un objetivo anterior de una brecha de 124.000 millones de reales. Las medidas anunciadas por el Gobierno hasta ahora incluyen un período de tres meses de salario para trabajadores informales y asistencia para empresas que luchan por retener a empleados.
Maia dijo que, aunque espera que el proyecto de ley se apruebe en la Cámara Baja el viernes, puede haber demoras porque los legisladores han emitido sus votos de forma remota en lugar de asistir a la sesión en persona debido a preocupaciones por el coronavirus.