Ponga juntos al burócrata más poderoso de la Unión Europea, que no fue elegido por los ciudadanos, y al líder socialista británico de la oposición, y se preguntará qué hacen ambos hablando del brexit.
Se reunieron en pleno fulgor público nada menos, en el momento más delicado de las negociaciones entre Reino Unido y la UE. Pero en el impredecible mundo del brexit todo es posible.
La reunión entre Martin Selmayr, secretario general de la Comisión Europea y apodado por la prensa como el “monstruo de Bruselas”, y el laborista Jeremy Corbyn, quien no tiene un rol en las negociaciones, incluye varias sorpresas. Por ejemplo, el portavoz de Salmayr actuó como si no hubiese reunión, incluso cuando Corbyn ya estaba en el tren camino al encuentro.
“No hay tal reunión hasta donde sé”, dijo Margaritis Schinas, tres horas antes que se concretara. Luego Corbyn tuvo que esperar en el taxi cuando llegó a la sede de la Comisión, y sus ayudantes tuvieron que buscar efectivo en los alrededores. No habían cambiado sus libras esterlinas por euros, y el conductor se negaba a aceptar una tarjeta de crédito.
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Planes de contingencia
Aunque Selmayr no tienen un rol formal en las negociaciones, está a cargo de los planes de contingencia de la UE en caso de que no haya un acuerdo.
Difícilmente fue un encuentro de mentes en común: Selmayr es el epítome de la élite de la UE, un profesor de Derecho, vinculado desde hace mucho tiempo a los demócratacristianos de centroderecha de la canciller Angela Merkel. Corbyn tiene un historial de opiniones no tan positivas de la UE y es el líder laborista de tendencia más marxista en una generación.
Corbyn llega al encuentro después de un discurso en la conferencia anual de su partido, en el que advirtió a los parlamentarios que solo apoyará un acuerdo para el brexit de la primera ministra británica, Theresa May, si ésta cambia su postura y mantiene a Reino Unido en la zona aduanera del bloque.
La presión del Partido Laborista para un adelanto de las elecciones y un posible segundo referéndum no hace más que alimentar la incertidumbre en torno a la salida de Reino Unido del bloque europeo.
Dos horas
Corbyn salió de la sede de la Comisión en el edificio Berlaymont después de dos horas, en las que también se reunió con el jefe negociador del brexit, Michel Barnier, pero restó importancia al significado de los encuentros ante la prensa que lo esperaba fuera. “Obviamente no estamos negociando, no estamos en el Gobierno”, dijo Corbyn.
Tras esa declaración, el político regresó a Londres, habiendo dado al equipo de la UE a cargo del brexit algo más que pensar, mientras las negociaciones siguen estancadas a dos meses de que se cumpla el plazo para lograr un acuerdo.