La política económica china podría estar lista para un cambio.
Una ola de titulares negativos, desde la creciente tensión con el gobierno de Donald Trump hasta un mercado bursátil bajista, pasando por una desaceleración del crecimiento, está llevando el foco de atención a si las autoridades reaccionarán y cómo lo harán.
“Estamos atentos a lo que el Politburó dirá en su próxima reunión, acerca del panorama general, y cuál es el análisis de sus principales líderes”, dijo Gao Yuwei, investigador en el Instituto de Finanzas Internacionales del Bank of China Ltd. en Pekín. “¿Habrá un giro en la política económica o ajustes específicos en el segundo semestre? ¿Habrá un nuevo discurso en temas clave como los riesgos financieros y el mercado inmobiliario?”.
Los 25 miembros del Politburó del Partido Comunista tienen previsto reunirse a finales de este mes. Mientras, académicos, economistas y algunas autoridades han cuestionado si acaso el liderazgo del país se ha extralimitado en lo doméstico y en el plano internacional.
China está enfrentando la peor convergencia de eventos económicos y financieros desde la accidentada devaluación del yuan en el 2015. Las acciones entraron a un mercado bajista el mes pasado, y el yuan está por sumar seis semanas de caídas, mientras los impagos de empresas están marcando un récord.
Si se suma la incertidumbre por los efectos de una guerra comercial con Estados Unidos, hay buenas razones para que las autoridades relajen su campaña contra el endeudamiento. Se trata de uno de los mayores desafíos económicos para el presidente Xi Jinping, desde que el Partido Comunista le otorgó más poderes y eliminó los límites para su reelección.
Pero la enérgica estrategia de Xi para reducir los riesgos financieros en la economía ha dado señales de estar dando resultado. Por ejemplo, la entrega de nuevos créditos como porcentaje del PIB cayó a un mínimo en tres años en junio, según un indicador de Bloomberg Economics. El jefe del Departamento de Estadísticas del Banco Popular de China dijo el viernes, según cita la prensa, que la campaña de reducción de deuda estaba ahora “en una fase de estabilización”, explicando que la etapa más dura ya habría pasado.
Hay otra razón por la que analistas creen que las autoridades quitarán el pie del acelerador, a medida que emergen señales de debilidad económica. Los bancos recibieron dinero en efectivo y la orden de impulsar los préstamos, en una medida que los economistas consideran como diseñada para reducir el impacto de la campaña de Xi contra el riesgo.
Las autoridades ahora tendrán que lograr un delicado balance en la desaceleración contra el endeudamiento excesivo, pues abandonar la campaña del todo podría generar problemas más adelante. “No hay una solución fácil”, dijo Michael Every, jefe de investigación de mercados financieros en Rabobank Group en Hong Kong.
Donald Trump promete acelerar permisos para inversiones de US$ 1.000 millones
OPEP recortó por quinto mes su proyección de demanda mundial de petróleo en 2024
Los recortes de Milei golpean su popularidad entre los universitarios argentinos
