La economía europea sufrió un gran golpe en abril cuando las restricciones gubernamentales para contener el coronavirus dejaron a las compañías luchando por mantenerse a flote.
Una estimación de la actividad del sector privado en la eurozona cayó de 29,7 en marzo a solo 13,5, informó IHS Markit el jueves. La contracción fue mucho más fuerte de lo que los economistas habían anticipado y corresponde a la lectura más baja que haya registrado el Índice de Gerentes de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) desde que comenzó, hace más de dos décadas.
El informe es un oscuro anticipo para los líderes europeos, quienes discutirán el jueves un posible plan de rescate de 2 billones de euros (US$2,2 billones) para la región. Los gobiernos ya han prometido miles de millones de euros en ayuda, y el Banco Central Europeo intensificó el miércoles sus esfuerzos para proteger a los países más vulnerables.
El PMI se hace eco de otros sondeos que sugieren que Europa, y la economía global, se dirigen a una fuerte recesión debido a las restricciones de los gobiernos a los traslados y los negocios. El FMI dice que la caída podría ser la más fuerte en casi un siglo y proyecta que la eurozona podría contraerse 7,5% este año.
Debido a que una enorme parte de la economía de la región se mantiene cerrada, los nuevos negocios tanto en manufactura como en servicios cayeron a un ritmo récord en abril, informó IHS Markit. Este último fue el más afectado, lo que refleja el impacto en la industria del esparcimiento, las aerolíneas, los restaurantes y los hoteles.
Las cifras de Alemania y Francia, las dos economías más grandes de la región del euro, también mostraron caídas sin precedentes al inicio del segundo trimestre.
El sondeo de la zona euro mostró otra disminución de la confianza, así como recortes récord de empleos. Parte de la disminución del empleo refleja trabajadores ausentes con permisos, aunque si la situación persiste, las compañías pueden verse obligadas a despedirlos.
Algunos gobiernos han comenzado a flexibilizar las restricciones, reabriendo lentamente sus economías para ayudar a empresas y empleados en grandes apuros producto del confinamiento. Pero los países están conscientes de que falta mucho por regresar a los negocios habituales.
“Las esperanzas están puestas en que las medidas de contención se levanten lentamente para ayudar a disminuir la parálisis”, dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios de IHS Markit. “Sin embargo, al parecer el avance será dolorosamente lento para prevenir una segunda ola de contagios. Ante una caída tan prolongada de la demanda, las pérdidas de empleo podrían intensificarse respecto del ritmo récord actual, con lo que se generarían nuevos temores sobre el costo económico de contener el virus”.