El recurso de Airbnb Inc. contra una ley de la ciudad de Nueva York que obliga a los anfitriones a registrarse para obtener una licencia de operación fue desestimado por una jueza del estado, endureciendo aún más las restricciones a los anfitriones de alquileres a corto plazo en la metrópolis más poblada de Estados Unidos.
La jueza Arlene Bluth, del tribunal supremo del estado, desestimó el martes la demanda que pretendía bloquear la Ley Local 18, aprobada en enero de 2022. La medida obliga a los anfitriones a obtener una licencia de la ciudad e impide a las plataformas de reservas procesar transacciones de alquileres no registrados.
La ciudad de Nueva York tiene unas de las restricciones más estrictas sobre este tipo de alojamiento. Básicamente, prohíbe los alquileres en la mayoría de los apartamentos por menos de 30 días sin la presencia de un inquilino, y estima que casi un tercio de los 29.000 alquileres a corto plazo se ofrecen ilegalmente.
Ciudades de todo el mundo han adoptado duras medidas contra los alquileres a corto plazo. En junio de este año, Dallas bloqueó las propiedades vacacionales en ciertos barrios residenciales, mientras que, en 2021, Barcelona prohibió todos los alquileres a corto plazo en viviendas particulares.
Las medidas enérgicas están motivadas por la preocupación de que las plataformas de viviendas compartidas como Airbnb, TripAdvisor y VRBO aumenten los alquileres para los residentes locales. Un estudio realizado en 2019 por el Economic Policy Institute concluyó que los costos económicos de Airbnb para los inquilinos superan los beneficios para los viajeros.
“No son bienvenidos”
Airbnb había argumentado que la nueva norma es una prohibición de facto de los alquileres a corto plazo y “enfría los alquileres a corto plazo al exigir una divulgación amplia e intrusiva de información personal y obligar a un acuerdo abierto a regulaciones laberínticas dispersas en una compleja red de leyes, códigos y reglamentos”.
Las normas de la ciudad son “un golpe para su economía turística y para los miles de neoyorquinos y pequeñas empresas de los barrios periféricos que dependen del uso compartido de la vivienda y de los dólares del turismo para ayudar a llegar a fin de mes”, dijo Theo Yedinsky, director de política global de Airbnb, en un comunicado. “La ciudad está enviando un mensaje claro a millones de visitantes potenciales que ahora tendrán menos opciones de alojamiento cuando visiten la ciudad de Nueva York: no son bienvenidos”.
La jueza, aunque reconoció que la norma obligará a Airbnb a retirar muchos de sus anuncios, dijo que la nueva ley da a la compañía una “manera muy simple” de asegurarse de que no está facilitando una actividad ilegal mediante la verificación adecuada de los anuncios potenciales.
El cofundador de Airbnb incrementó en USD 3.000 millones su fortuna este año
“Airbnb conoce estas normas desde hace muchos meses y ha tenido numerosas oportunidades para informar a sus anfitriones sobre estas nuevas normas y decirles que soliciten un número de registro”, dijo Bluth. “Airbnb no puede hacer poco o ningún esfuerzo para decir a sus anfitriones que se registren y luego quejarse de que podría tener que retirar cientos o miles de anuncios porque no están registrados”.
La ciudad acordó retrasar la aplicación de la ley hasta septiembre, a la espera del resultado de la demanda.
