La economía de Alemania se expandió al ritmo más lento en seis años en 2019, un año en que la fabricación sufrió un duro golpe y el país fue arrastrado al borde de una recesión.
La expansión fue solo de un 0,6% en medio de las tensiones comerciales y una desaceleración más amplia de la demanda, lo que se sumó a los problemas estructurales fundamentales a los que se enfrenta el país.
Empresas automotrices como Volkswagen AG tienen por delante un período crítico a medida que impulsan las ventas de vehículos eléctricos, mientras que fabricantes como Siemens AG están bajo presión para adaptarse al cambio climático. La incertidumbre geopolítica en Oriente Medio y el riesgo continuo de trastornos por el brexit también lastran la confianza y el impulso.
Eso significa que aunque 2019 es un año que Alemania querrá olvidar, las perspectivas para 2020 no son mucho mejores. Los economistas anticipan una aceleración del crecimiento a solo un 0,7% este año. En contraste, se pronostica que Estados Unidos se expandirá más del doble de ese ritmo.
El euro apenas registró cambios frente al dólar. Los bonos alemanes a 10 años retrocedían por segundo día, con una caída de tres puntos básicos a -0,20%. La deuda alemana ha estado avanzando lentamente hacia arriba territorio positivo recientemente por la esperanza de que la economía ya ha atravesado lo peor.
Las expectativas comerciales mejoraron a finales del año pasado y el Ministerio de Economía ha indicado una ligera recuperación de la perspectiva para la actividad industrial, sin embargo, los datos reales siguen siendo en gran medida decepcionantes. Los pedidos de fábrica continuaron disminuyendo, la producción de automóviles cayó al nivel más bajo en casi un cuarto de siglo y las exportaciones se contrajeron.
“Tras un comienzo dinámico del año y una disminución en el segundo trimestre, hubo señales de una ligera recuperación en la segunda mitad”, dijo Albert Braakmann, responsable del departamento de la oficina de estadísticas que compila el PIB.
Lo que dicen nuestros economistas:
“La economía de Alemania seguía abatida a finales de 2019: las encuestas comerciales concuerdan con una contracción, mientras que los datos de la industria y los pedidos de fábrica también sugieren que el impulso es extremadamente moderado”.
-Jamie Rush
La debilidad persistente ha propiciado llamamientos para que el Gobierno aumente el apoyo fiscal a la economía. La Administración ya se ha comprometido a aumentar la inversión en infraestructura y educación, y gastar 54.0000 millones de euros (US$60.000 millones) en la lucha contra el cambio climático, una cifra superior al plan de estímulo de Alemania tras la crisis financiera. También ha dicho que habrá más apoyo disponible si la economía se deteriora.
En 2019, el crecimiento estuvo impulsado por el consumo y la construcción, dijo la oficina de estadísticas. El Gobierno registró un superávit presupuestario del 1,5% del PIB.
A dos semanas del inicio del año, Alemania es una de las primeras economías avanzadas del mundo en publicar cifras de 2019. Como tercer mayor exportador del mundo, el país sirve de referente para la economía global, que se estima que ha registrado su peor año desde la Gran Recesión hace una década.
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