La economía de Alemania se estancó a finales de 2018, arrastrando a la mayoría de los países de la zona euro. La prolongación de las tensiones comerciales implica que un repunte en la poderosa economía de Europa podría ser débil.
Si bien el país logró esquivar la recesión por muy poco, otras naciones de la eurozona tuvieron que impulsar el crecimiento, que llegó al 0,2 por ciento en el cuarto trimestre. Los Países Bajos informaron una expansión del 0,5 por ciento el jueves, y Portugal registró un incremento de la producción del 0,4 por ciento.
Los inversores en renta variable europea miraron más allá de los débiles datos de crecimiento de Alemania, al igual que los operadores en euros. La moneda común subió un 0,1 por ciento a US$1,1274 a las 12:29 hora de Fráncfort. No obstante, las señales económicas a comienzos de 2019 no han sido alentadoras: los números decepcionantes continúan llegando y una gran cantidad de instituciones han rebajado sus perspectivas.
Pero puede que este primer trimestre sea mejor. Los economistas prevén un crecimiento del 0,4 por ciento para Alemania y la zona euro conforme se disipan factores en contra aislados. La perspectiva para todo el año dependerá de si la estabilización del comercio y el crecimiento chino pueden reactivar el impulso industrial.
La semana pasada la Comisión Europea emitió revisiones a la baja para Alemania y muchas de las principales economías de la zona euro. La región se enfrenta a una demanda más débil de sus exportaciones, la perspectiva de un divorcio caótico con el Reino Unido y el impacto prolongado de las tensiones políticas en Italia y Francia.
La economía de Alemania estuvo impulsada por la demanda interna en el cuarto trimestre. La inversión, particularmente en edificios, pero también en equipamiento, creció notablemente. El gasto público y el consumo privado aumentaron, pero no hubo contribución del comercio neto.
Según los economistas de Bank of America Merrill Lynch, la desaceleración actual puede resultar temporal, pero se basa en que "no haya accidentes". Eso significa la desaparición de las amenazas de Estados Unidos de aumentar los aranceles a la importación de automóviles, un acuerdo del brexit y la estabilización de la economía china.
En el Banco Central Europeo, los responsables de política han señalado que no se precipitarán con estímulos adicionales. Los políticos decidieron suspender la compra de bonos en diciembre y están esperando a ver cómo evoluciona la economía antes de decidir una subida de las tasas de interés.
La economía interna en la zona euro sigue siendo "bastante fuerte", según el gobernador irlandés del banco central, Philip Lane, quien esta listo para reemplazar a Peter Praet como economista jefe del BCE en junio.