Estados Unidos, Canadá y México firmaron un nuevo acuerdo comercial impulsado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, para reemplazar el pacto TLCAN de un cuarto de siglo de antigüedad, lo que culminó un año de intensas negociaciones y ofreció un atisbo de certeza en medio del aumento de las tensiones mundiales sobre el comercio.
Trump, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el saliente presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, firmaron una autorización para el acuerdo el viernes por la mañana en Buenos Aires, dentro del marco de la cumbre del Grupo de los 20. La gran mayoría del pacto aún debe ser ratificado por los legisladores de los tres países, pero la firma establece una serie de protecciones inmediatas, como los aranceles a los automóviles.
El acuerdo ahora será enviado para su ratificación, el que casi con seguridad será aprobado por el próximo Congreso de EE.UU., donde los demócratas tendrán una mayoría en la Cámara de Representantes a partir de enero. Las incertidumbres continúan, ya que el pacto original de 1994 sigue vigente, y los aranceles sobre el acero y el aluminio siguen siendo una importante dificultad. No obstante, la firma concluyó un arduo proceso que estuvo marcado por las repetidas amenazas de Trump de retirarse de la zona de libre comercio del continente.
"Esta ha sido una batalla", dijo Trump en comentarios justo antes de que los líderes pusieran la pluma en el papel. "Este es un acuerdo modelo que cambia el panorama comercial para siempre".
El nuevo acuerdo se conoce como el Acuerdo EE.UU.-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), aunque los canadienses han evitado llamarlo así. EE.UU. y México llegaron a un acuerdo en agosto, seguido de Canadá el 30 de septiembre.
Los tres países sellaron el nuevo acuerdo comercial un día antes de que Trump se reúna con el presidente chino, Xi Jinping, para discutir una posible tregua en su guerra comercial caracterizada por los aranceles de represalia. El líder estadounidense ha desencadenado un enfrentamiento global sobre el comercio al amenazar con a una amplia gama de aranceles para forzar cambios en las prácticas comerciales que él considera injustas para la industria estadounidense. Nadie se ha librado de esa lucha comercial, ni siquiera Canadá y México, los dos principales compradores de productos estadounidenses.
La firma se realizó el último día en el cargo de Peña Nieto, un objetivo que los países impulsaron para intentar sellarlo antes de que su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, tome el poder el sábado.
Trudeau reconoció que a menudo el camino fue difícil durante las negociaciones y elogió el resultado. "Hemos recibido muchos comentarios mordaces y un poco de abusos, pero llegamos hasta acá y es genial para todos nuestros países", dijo. "El nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte mantiene la estabilidad de toda la economía de Canadá".
Ya hay solicitudes de modificaciones por parte del Congreso de EE.UU., mientras que el partido Morena de López Obrador, que tiene una mayoría en el Senado de México, también puede solicitar cambios. Trudeau tiene una mayoría en la Cámara de los Comunes de Canadá, pero se enfrenta a una elección en octubre próximo.
Trump expresó optimismo acerca de la aprobación del acuerdo por parte de los legisladores estadounidenses. "Espero trabajar con los miembros del Congreso", dijo. "Ha sido tan bien revisado que espero que no hayan muchos problemas".
El acuerdo original de libre comercio entre las tres naciones de América del Norte entró en vigencia en 1994, pero Trump lo ha vilipendiado como un acuerdo terrible que ha provocado la pérdida de empleos en el sector manufactureros de EE.UU.
Los tres países intercambian más de US$1 billón en bienes anualmente. Peña Nieto dijo que el nuevo acuerdo proporcionará un "marco más moderno" para futuros intercambios entre los países. Con la firma, "toda la región se convierte en una buena base para invertir en la industria automotriz", dijo Jesús Seade, el negociador de TLCAN de López Obrador, en una entrevista con Bloomberg Television el jueves por la noche. "La industria automotriz es la parte más importante del acuerdo, es donde se lleva a cabo la mayor parte del comercio. Habrá más inversión por parte de Toyota, Honda, Mercedes y los fabricantes de automóviles alemanes y coreanos. Eso puede beneficiar a los tres países de manera diferente”.
Los aranceles al acero y el aluminio, una vez vistos como una táctica de presión en las negociaciones comerciales, siguen vigentes. EE.UU. sigue presionando por una cuota de producción a cambio de retirar los aranceles a Canadá y México, que han aplicado sus propios gravámenes de represalia. Canadá ha dicho que eliminará sus aranceles una vez que EE.UU. retire los suyos.
Las partes del acuerdo que entran en vigor inmediatamente después de la firma son 13 disposiciones conocidas como "cartas secundarias". Las más importantes permiten la exclusión de cualquier arancel de EE.UU. sobre los automóviles hasta una cierta cuota que está muy por encima de la producción automotriz actual de Canadá y México. Las cartas secundarias también incluyen acuerdos entre EE.UU. y México sobre medicamentos biológicos, nombres de quesos y estándares de seguridad para automóviles; y acuerdos entre EE.UU. y Canadá sobre el vino, el agua y la energía.