El Gobierno de Donald Trump acordó permitir que Arabia Saudita adquiera un sofisticado sistema de defensa con misiles a pesar de la indignación cada vez mayor del Congreso por la falta de voluntad del presidente de Estados Unidos para castigar al reino por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
La conclusión de un acuerdo para permitirle a Arabia Saudita gastar hasta US$15.000 millones en un sistema de misiles antibalísticos fabricado por Lockheed Martin Corp. fue confirmada por un funcionario del Departamento de Estado el miércoles por la noche, horas después que un grupo de senadores de los dos principales partidos exigió medidas más duras contra los sauditas.
El miércoles, senadores de ambos partidos rechazaron los intentos del Gobierno de aplacar a los legisladores que exigen medidas y avanzaron para entablar un debate abierto la semana que viene sobre una resolución que podría prohibir a Estados Unidos apoyar militarmente la campaña de Arabia Saudita en Yemen e imponer más sanciones.
La Casa Blanca envió a los secretarios de Defensa, Jim Mattis, y Estado, Michael Pompeo, al Capitolio, pero la medida salió por la culata porque los senadores emergieron de una sesión informativa a puertas cerradas todavía más enojados que antes, en parte porque no participó la directora de la CIA, Gina Haspel.
El senador republicano por Carolina del Sur Lindsey Graham, un frecuente aliado de Trump, prometió no votar para cerrar asuntos legislativos fundamentales este año —entre ellos, una ley de gastos necesaria para evitar la paralización parcial del Gobierno— hasta recibir un informe de Haspel sobre el posible papel del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en el asesinato de Khashoggi.
Amenaza extremista
El acuerdo armamentístico final —que concluyó la venta de los lanzadores, misiles y otros equipos de la Defensa Terminal de Área a Altitud Elevada (THAAD, por sus siglas en inglés)— se firmó esta semana, según el funcionario del Departamento de Estado, a quien se concedió anonimato para discutir el tema. El funcionario sostuvo que la implantación del sistema THAAD en Arabia Saudita reforzaría la seguridad de EE.UU. contra la amenaza de grupos iraníes y extremistas apoyados por el Gobierno de Teherán.
Trump descartó en reiteradas ocasiones dejar de vender armas a Arabia Saudita como castigo por el asesinato de Khashoggi y sostuvo que el reino simplemente les compraría armas a otros países.
Khashoggi, un columnista del Washington Post crítico de los líderes del reino, fue asesinado en el consulado saudita en Estambul a comienzos de octubre. El príncipe heredero negó estar involucrado en el homicidio, pese a que las explicaciones de lo ocurrido que dio su Gobierno han ido cambiando.
El príncipe Mohammed ha emprendido una gira por el exterior estos últimos días y viajó a Buenos Aires para la cumbre del G20. No tiene ninguna reunión formal agendada con Trump, que en gran parte lo apoyó durante el escándalo por el asesinato de Khashoggi.
El miércoles, el Senado votó abrir un debate, que podría darse la semana que viene, sobre una medida para restringir el apoyo estadounidense a la campaña militar saudita contra los rebeldes Al-Houthi en Yemen, donde está ocurriendo un desastre humanitario.