Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos invitan a científicos e inversionistas a competir en un desafío nacional de US$500 millones que ayudará a la agencia a identificar a los mejores candidatos para las pruebas en el hogar o en puntos de atención para COVID-19.
Los NIH están comparando el programa con “Shark Tank“, el concurso de televisión donde empresarios compiten por apoyo financiero. Científicos e innovadores competirán por una parte de un fondo de US$500 millones que se otorgará a aquellos con las tecnologías más prometedoras. Los finalistas también serán contactados con expertos técnicos de fabricación y comerciales para ayudarlos a avanzar en sus productos.
El NIH dijo que el objetivo es hacer que millones de pruebas precisas y fáciles de usar estén disponibles cada semana para todos los estadounidenses para fines del verano de 2020, y aún más a tiempo para la temporada de gripe. El concurso es parte de un nuevo programa llamado Iniciativa de Aceleración Rápida de Diagnósticos, que recibió US$1.500 millones en fondos de estímulo federal, dijo la agencia el miércoles.
“Necesitamos que todos los innovadores, desde el sótano hasta la sala de juntas, se unan para avanzar en las tecnologías de diagnóstico, sin importar en qué etapa del desarrollo se encuentren”, dijo el director de los NIH Francis S. Collins en un comunicado. “Ahora es el momento de que ese inigualable ingenio estadounidense presente las mejores y más innovadoras tecnologías para hacer que las pruebas para COVID-19 estén ampliamente disponibles”.
Collins dijo que el programa de los NIH, que sigue el acrónimo RADx, está inspirado en el “Rad Lab” de la Segunda Guerra Mundial del Instituto de Tecnología de Massachusetts, que desarrolló la tecnología de radar utilizada para identificar aviones y encontrar objetivos de bombardeo.
El proyecto se basa en otras asociaciones público-privadas dirigidas por los NIH para hacer frente a la pandemia, que ha provocado más de 3,1 millones de casos y 219.000 muertes en todo el mundo.
Bajo fuego
Aunque la capacidad de prueba en Estados Unidos ha mejorado en las últimas semanas, los expertos dicen que sigue siendo una fracción de lo que debería ser. El presidente Donald Trump ha sido criticado por una crisis de pruebas que ha resultado en un acceso desigual y cuellos de botella para obtener suministros. Las pruebas de diagnóstico son necesarias para que la economía de EE.UU. vuelva a un estado de normalidad, particularmente a medida que un número creciente de estados avanza hacia la reapertura.
La Administración Trump ha confiado en minoristas de medicamentos y compañías de pruebas de laboratorio para escalar los diagnósticos. El lunes, la Casa Blanca reveló planes para asociarse con cadenas de minoristas para establecer instalaciones en todo el país con la esperanza de que los 50 estados puedan evaluar al menos al 2% de sus residentes.
Los expertos en diagnóstico han estado preocupados por la precisión de las pruebas en el hogar en particular. Las pruebas más precisas se han basado hasta hace poco en muestras de virus que se deben recolectar con un hisopo en la nariz, y las compañías que realizan pruebas en el hogar y en el punto de atención se apresuran a validar otros métodos de recolección igualmente precisos.
Los NIH dicen que el programa utilizará el resto de los fondos federales para continuar trabajando con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado para evaluar y comercializar rápidamente tecnologías de diagnóstico más avanzadas.
RADx también desplegará capital a una red de líderes de tecnología de puntos de atención creada hace años por el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería. La red, que tiene centros en la Universidad Emory, la Universidad Johns Hopkins y la Escuela de Medicina de Harvard, entre otros, ha reunido juntas de revisión para evaluar las propuestas de tecnología de diagnóstico.