El presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, afirmó que la economía estadounidense se enfrenta a un período de cierta perturbación a medida que las deudas se refinancian a tasas de interés significativamente más altas, lo que ejerce cierta presión tanto sobre las instituciones financieras como sobre el Gobierno.
“Tenemos mucha deuda existente que está a precios muy bajos”, dijo Bostic en la Conferencia Bienal de Investigación del Banco de la Reserva de Sudáfrica en Ciudad del Cabo. “Cuando venza, no podrá refinanciarse a precios comparables. Será necesario hacer un ajuste. Así que realmente creo que está a punto de producirse una sacudida en todos los niveles”.
Bostic, que este año no vota en las decisiones de política monetaria, ha estado entre los responsables políticos estadounidenses más moderados. El jueves, instó a las autoridades monetarias a ser cautas y pacientes, ya que un endurecimiento excesivo podría causar daños innecesarios a la economía.
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Tras los agresivos aumentos de tasas de 2022, el presidente de la Fed, Jerome Powell, y sus colegas han desacelerado el ritmo este año, y han dado señales de que podrían estar cerca de concluir.
“Muchos banqueros en nuestro país nunca han vivido en un entorno de tasas de interés al alza o en un entorno de tasas de interés más altas”, señaló Bostic el viernes. “Y por eso hay que aprender mucho”.
Y en cuanto a la deuda pública, “la cantidad de intereses que habrá que pagar por esa deuda está subiendo considerablemente. Así que va a haber presión en todas estas áreas”.
Los funcionarios elevaron su tasa de referencia en julio a un rango de 5,25% a 5,5%, un máximo de 22 años, y sus proyecciones más recientes apuntaban a un aumento más este año. Los mercados actualmente anticipan que los funcionarios mantendrán las tasas en la reunión de los días 19 y 20 de septiembre.
En la conferencia de la Reserva Federal de Kansas City celebrada la semana pasada en Jackson Hole, Wyoming, Powell dijo que la inflación seguía siendo demasiado alta y que los banqueros centrales estaban preparados para hacer más si era necesario, y “pretenden mantener la política en un nivel restrictivo hasta que estemos seguros de que la inflación está bajando de manera sostenible hacia nuestro objetivo”, aseguró.
