Fueron reducidos los grupos de personas que protestaron en Caracas mientras que los residentes luchaban por sus necesidades básicas e incluso mientras restablecían la energía en la ciudad que se encontraba a oscuras.
El líder de la oposición, Juan Guaidó, hizo un llamado para que sus seguidores salieran a las calles de Venezuela el martes por la tarde, pero solo una pequeña multitud se reunió. Un encuentro convocado por el gobierno también tuvo escasa asistencia.
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"La búsqueda de lo básico está consumiendo a los venezolanos", dijo Domingo Álvarez, periodista retirado de 70 años que se unió a unas dos docenas de vecinos que aplaudían y cantaban por Guaidó en una calle principal del centro de Caracas. “Nos vemos obligados a pagar por la inacción y los errores causados por este gobierno. Lamentablemente, protestar no es prioritario".
Venezuela ha pasado meses atrapada en medio de la crisis política: el intento de Guaidó por derrocar al presidente Nicolás Maduro, bajo cuyo régimen la nación ha caído en ruinas. Cuando se cortó el suministro eléctrico el 7 de marzo, se obstruyó el servicio de agua, se paralizaron las refinerías y el metro de Caracas quedó fuera de servicio. El gobierno ha responsabilizado a EE.UU., culpándolo de patrocinar un ciberataque. Sin embargo, los expertos indican que la verdadera razón de la falla es la falta de mantenimiento.
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En Caracas, área metropolitana de aproximadamente 5,5 millones de habitantes, se restableció la energía el martes en partes de la ciudad, pero en algunos casos volvió a apagarse rápidamente. Los residentes continuaron buscando agua potable y alimentos. Las comunicaciones siguieron siendo difíciles debido al irregular servicio de telefonía móvil e Internet.
Sobre un puente que da a una avenida principal del centro, el gobierno organizó un pequeño encuentro al que asistieron activistas y miembros de las milicias. La música folclórica venezolana sonó, ahogando el estruendo de las pequeñas protestas, mientras que los partidarios de Maduro, de camiseta roja, permanecían sentados viendo la propaganda del estado proyectada en una pantalla grande.
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Guaidó, reconocido por más de 50 países como líder de estado legítimo de Venezuela, condujo alrededor de Caracas alentando a los partidarios a seguir protestando con la esperanza de que los militares se le unieran y ocuparan el palacio presidencial, Miraflores.
"Sin duda, días difíciles están por venir, pero determinarán nuestra libertad", dijo Guaidó a través de un megáfono encima de un auto. "Y ustedes contarán a sus hijos, nietos y amigos que liberamos a Venezuela de una vez por todas".
"Cuando tengamos las fuerzas armadas totalmente alineadas, iremos y tomaremos mi oficina que queda allí en Miraflores muy pronto", aseguró.
