Las empresas aceiteras de Paraguay están presionando al Gobierno para que permita por primera vez las importaciones de soja libres de aranceles, lo que les permitiría mantener sus molinos en funcionamiento al tiempo que la sequía reduce drásticamente la producción local.
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El grupo industrial Cappro, entre cuyos miembros se encuentran Archer-Daniels-Midland Co. y Cargill Inc., propuso en enero eximir los aranceles de importación de soja para su procesamiento en Paraguay, lo que haría económicamente viable comprar a otros productores sudamericanos como Argentina y Brasil. El Gobierno y Cappro tienen previsto discutir el tema el martes, según la gerente general del grupo, Sandra Noguera. El viceministro de Industria, Ramiro Samaniego, dijo que aún no se ha tomado una decisión.
En 2021, las aceiteras de Paraguay enviaron 1,9 millones de toneladas de harina de soja y 562.000 toneladas de aceite de soja, lo que representa una participación del 3% de las exportaciones mundiales por un valor combinado de US$1.400 millones. La harina se utiliza en la alimentación del ganado; el aceite para cocinar y biocombustibles. De no lograr importar las leguminosas, las plantas tendrían que detener sus operaciones desde junio hasta la próxima cosecha en el primer trimestre de 2023, dijo Cappro en una respuesta por correo electrónico a las preguntas.
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La producción de soja de Paraguay, un país sin salida al mar, complementa las cosechas mucho más grandes de sus vecinos Brasil y Argentina, convirtiendo a Sudamérica en una región poderosa para los mercados mundiales de soja. Sin embargo, con la sequía provocada por el fenómeno metereológico La Niña destrozando cultivos, la cosecha de Paraguay difícilmente superará los 4 millones de toneladas métricas, apenas 40% de lo que produce en un buen año. Los futuros de la soja en Chicago se han recuperado gracias a los problemas de la región en general.
En las últimas temporadas, los aceiteros de Paraguay han comprado un promedio de 3,1 millones de toneladas de soja, o alrededor de un tercio de la cosecha local. La mayor parte de la cosecha se exporta sin procesar, principalmente a ingenios rivales en Argentina. Sin embargo, el paso sin precedentes de importar soja no compensaría por completo la menor producción nacional, dijo Cappro.