El dólar estadounidense extendió su dominio en Venezuela, a medida que los lugareños lo usan cada vez más, incluso para las compras más pequeñas. Los dólares físicos ahora representan más de la mitad de todas las transacciones minoristas, ya que el monto en circulación aumentó hasta US$2.700 millones, según datos de la firma de investigación Ecoanalítica, con sede en Caracas. Eso es tres veces el valor de todos los bolívares en efectivo en existencias combinados con la cantidad de moneda local mantenida en cuentas corrientes y de ahorro, según los datos.
El dólar se ha apoderado de la economía después de años de devaluaciones e hiperinflación que erosionaron el valor del bolívar a un nivel apenas por encima de nada, y en medio de una escasez de notas en moneda local. En lugar de tomarse el trabajo de reunir un montón de billetes de bolívar lo suficientemente grande y arrastrarlos en bolsas, es más práctico para los venezolanos realizar su comercio en billetes de dólar que ingresan al país como remesas o se recogen en casas de cambio en las fronteras con Colombia y Brasil.
Si bien hasta hace poco era ilegal realizar transacciones en moneda estadounidense, esas restricciones prácticamente desaparecieron en cualquier sentido práctico. Incluso el autoritario presidente Nicolás Maduro, que generalmente ha hecho todo lo posible para mantener un control férreo sobre la economía, ha aceptado la transición, ya que el país sufre una crisis económica paralizante que ha provocado una emigración masiva en medio de la creciente pobreza.
Las cosas están tan mal, y el bolívar es tan débil, que Venezuela ha tenido problemas para imprimir suficientes billetes de bolívar físicos para mantenerse al día con la devaluación. “Ese proceso que ellos llaman dolarización puede ayudar a la recuperación del país, la expansión de las fuerzas productivas en el país y la economía”, dijo Maduro en una entrevista televisada el mes pasado. “Gracias a Dios que existe”.
La dependencia de Venezuela de la moneda extranjera también va más allá de los dólares. En medio de sanciones que limitan el acceso del país al sistema financiero global dominante, se sabe que la compañía petrolera estatal realiza transacciones en yuan chino, y el banco central ha estado estudiando recientemente la posibilidad de usar criptomonedas como bitcóin o ether.
Más recientemente, el régimen de Maduro ha estado llenando la economía con los euros que el gobierno obtiene de las ventas de petróleo y oro. Nuevas reglas exigen que los bancos locales vendan la moneda europea todas las semanas, en un esfuerzo por reducir la presión sobre el bolívar. Puede haber hasta 1.000 millones de euros circulando en la economía en este momento, según Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Ahora que el indicador de inflación local de Bloomberg –el Índice Café con Leche– señala una tasa anual de 8.900%, es poco probable que el bolívar regrese pronto. Mientras tanto, se necesitará 40.000 de ellos para comprar un dólar.