Por segunda temporada consecutiva, los astros están alineadas favorablemente para los productores de trigo australianos: una cosecha abundante, escasez de uno de los alimentos más importantes del mundo y precios mundiales cercanos a máximos de nueve años.
Según Rabobank, Australia enviará 24,5 millones de toneladas en la próxima temporada, una cantidad cercana a la más alta de la historia. Y la Argentina, está en camino de exportar 13,5 millones de toneladas, también cerca de un máximo histórico, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Juntos, es probable que estos dos países representen casi el 20% de las exportaciones mundiales esta temporada.
Los cargamentos son muy necesarios en un mundo desprovisto del grano que se usa en todo tipo de productos, desde pan y pasteles, hasta galletas y rosquillas. Las sequías, las heladas y las fuertes lluvias de este año en los principales exportadores del hemisferio norte han reducido los suministros y provocado un frenesí de compras en Medio Oriente. El aumento de los precios ha contribuido a elevar los costos mundiales de los alimentos a los niveles más altos de la última década, lo que se suma a las presiones inflacionarias.
Las lluvias llegaron a tiempo para salvar la producción de trigo
Los grandes clientes de Australia incluyen principalmente a Indonesia, Vietnam, China y otros países de la región de Asia y el Pacífico. De hecho, China ha mostrado un mayor apetito por el trigo de Australia este año, a pesar de imponer una serie de restricciones comerciales a otros productos del país, y sus compras se dispararon un 55% en los primeros nueve meses de 2021 con respecto al año anterior.
“El programa de envíos australiano, como resultado de la fuerte demanda, continúa vendiéndose agresivamente”, dijo CBH Group, el mayor exportador de granos del país, y agregó que las tarifas de transporte marítimo a granel han caído un 10% en las últimas semanas. Los molineros de harina del sudeste asiático están tratando de cubrir las necesidades del primer trimestre.
Sin embargo, puede haber un par de advertencias para el grano australiano. Mientras que la mayor parte del trigo del país sale de los puertos de forma relativamente fluida en buques de carga a granel, alrededor del 10% se envía en contenedores, incluso al sudeste asiático. Actualmente, los contenedores no suelen estar en los lugares donde más se necesitan, y los costos se han disparado.
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‘Aire fresco’
Las compañías navieras están dando prioridad a las rutas “Este- Oeste” que dan servicio a mercados más grandes entre Asia y Occidente, lo que representa un desafío para los productores australianos de las rutas “Norte-Sur” que intentan cerrar los contenedores de grano, según Neil Chambers, director de Container Transport Alliance Australia. Algunos contenedores de Australia se envían vacíos a Asia. “El mayor producto de exportación del puerto de Melbourne es el aire fresco dentro de los contenedores”, dijo.
La segunda advertencia es el impacto de la lluvia en la calidad de parte del grano australiano. Existe un “riesgo importante” de que la calidad de la cosecha nacional disminuya, especialmente en las regiones del sur de la costa este, según la analista principal de materias primas de Rabobank, Cheryl Kalisch Gordon.
Las regiones productoras de la costa este y oeste se han visto afectadas por fuertes aguaceros, y la esperada llegada de otro fenómeno de La Niña probablemente provocará niveles de precipitaciones mayores de lo normal. Es posible que los productores tengan que invertir más en logística adicional para acelerar la cosecha, dijo Kalisch Gordon.