España reportó 812 muertes por coronavirus el lunes, una ligera disminución frente a la cifra récord del día anterior, pero que hace que el número de muertes supere las 7.000.
Mientras España lucha contra el peor brote de Europa después de Italia, el primer ministro Pedro Sánchez anunció el sábado planes para implementar restricciones aún más estrictas en la vida pública, ordenando a quienes trabajan en servicios no esenciales que se queden en casa durante el período de Pascua.
El número de casos confirmados aumentó a 85.195 en las últimas 24 horas, con un total de 7.340 muertes, según datos del Ministerio de Sanidad. El número de casos nuevos disminuyó ligeramente a 6.398, lo que se compara con los 6.549 del domingo.
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El gobierno está tratando de equilibrar la necesidad de aliviar la carga sobre el servicio de salud limitando la interacción social, al tiempo que busca mitigar el impacto económico de una cuarentena nacional prácticamente total.
La presión sobre los hospitales españoles quedó de manifiesto el fin de semana cuando el número de pacientes que requieren cuidados intensivos superó la cantidad de camas disponibles. La cifra de pacientes en UCI aumentó a 5.231 el lunes, lo que se compara con los 4.907 del domingo, indicó el ministerio. Se están utilizando hoteles y centros de conferencias como clínicas improvisadas y se ha desplegado el Ejército en todo el país para ayudar.
Sánchez se unió al presidente francés, Emmanuel Macron, y al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para pedir una respuesta económica conjunta de Europa, incluida la emisión de bonos compartidos, a la que se oponen Alemania, los Países Bajos y Austria.
El Gobierno español también anunció el lunes que Fernando Simón, el principal experto médico de la nación en la lucha contra la pandemia, dio positivo por el virus y está aislado.