Puede que los gobernantes populistas de Italia hayan estado esperando que algún temor de contagio del mercado les ayudara a ganar su enfrentamiento presupuestario con Bruselas, pero hasta ahora eso no ha ocurrido. El programa económico de la Liga y 5 Estrellas asustó a los inversores en bonos del gobierno italiano, pero no afectó a ningún otro Estado miembro de la unión monetaria, salvo a Grecia.
Esto ha debilitado el poder de Italia. Si España, Portugal y Francia hubieran sufrido ventas masivas, la Comisión Europea podría haber estado más dispuesta a llegar a un acuerdo y al Banco Central Europeo le habría resultado más difícil poner fin al estímulo monetario este año.
Sin embargo, es difícil creer que lo que sucede en Roma siempre se quedará en Roma. Imagínese si Italia estuviera cerca de perder el acceso al mercado para sus bonos y decidiera no pedir ayuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, por sus siglas en inglés), el fondo de rescate de la zona euro. Y esa es una posibilidad dado que implicaría un paquete de austeridad y reformas estructurales. La deuda pública de Italia es de 2,3 billones de euros (US$2,6 billones), la más alta de la unión monetaria. Otros Estados miembros más frágiles podrían fácilmente verse presionados.
Los líderes europeos se han estado preguntando si podrían lidiar con una extorsión (por ahora teórica) por parte de Italia. Una opción sería permitir un acceso más fácil a las "líneas de crédito precautorias" del ESM para los países inocentes atrapados en el contagio del mercado. A diferencia de un programa de ajuste nacional completo, estas no exigen que el solicitante se suscriba a una larga lista de condiciones onerosas. Al igual que las líneas de crédito que ofrece el Fondo Monetario Internacional, permiten que los estados miembros se protejan de los disturbios a un costo mínimo.
Esta semana, los ministros de finanzas de la zona del euro aprobaron una reforma al ESM, que incluye hacer más transparente para los países lo que deben hacer para acceder a una línea de crédito precautoria. Pero las condiciones parecen demasiado estrictas. No harán mucho para reducir el poder de extorsión de un país grande que pierde los escrúpulos.
El ESM puede ofrecer dos formas de líneas de crédito: una "línea de crédito precautoria condicionada" y una "línea de crédito con condiciones mejoradas". La primera está disponible solo para los Estados miembros que cumplen con las normas fiscales de la zona del euro, que tienen una deuda pública sostenible y que prometen apegarse a las reglas. Es una forma muy ligera de ayuda. La segunda es más estricta, pero no demasiado. Está abierta a países que no cumplen con algunas normas. Si bien el ESM exigirá que dichos países solucionen estas debilidades, no insistirá en un programa de ajuste completo.
En su existencia relativamente corta, el ESM nunca ha utilizado estas líneas de crédito. Los ministros de finanzas de la zona del euro ahora dicen que quieren aclarar qué países pueden usar una línea precautoria. Las condiciones incluyen cumplir con ciertos puntos de referencia de deuda y déficit, así como no sufrir desequilibrios macroeconómicos excesivos.
Es razonable que el ESM establezca reglas para el acceso al dinero barato de una línea de crédito. Pero los criterios acordados el martes parecen poco realistas. Por ejemplo, la deuda de un país debe estar por debajo del 60 por ciento del producto interno bruto, o debe haber reducido la diferencia entre su deuda existente y este objetivo en un 5 por ciento cada uno de los dos años anteriores a la solicitud. Mientras tanto, los déficits presupuestarios no solo deben ser inferiores al 3 por ciento del PIB, sino que también deben cumplir con un parámetro bastante desconocido denominado "punto de referencia mínimo". Según la Comisión, este índice de referencia sería del 1,1 por ciento para España, Portugal y Francia. Eso es extremadamente bajo.
La discusión también es relevante para el BCE. Puede comprar una cantidad ilimitada de deuda a corto plazo de un estado miembro siempre que este último haya solicitado un préstamo completo o una línea de crédito "mejorada" del ESM. Pero como las propuestas de reforma de la ESM de esta semana no incluyen líneas de crédito mejoradas, no facilitan que el BCE intervenga para ayudar a un país sin culpa a que se vea envuelto en el desastre de otro.
El gobierno italiano ha adoptado un tono más conciliatorio hacia Bruselas en el último tiempo, por lo que una confrontación parece ahora menos inevitable. Incluso si los inversionistas se volvieran contra Italia, como están las cosas, es más probable que 5 Estrellas y la Liga acepten la ayuda del ESM a que no lo hagan. Eso limitaría el riesgo de contagio. El BCE y el ESM en conjunto tendrían entonces mucho poder de fuego para tratar con una Italia colaborativa.
Pero los populistas no son predecibles. Un enfrentamiento con una economía del tamaño de Italia sigue siendo una de las mayores amenazas para la unión monetaria. Los líderes de Europa deberían haberse preparado para ello con más fuerza.
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