El sector privado de la eurozona apenas crece a medida que 2019 llega a su fin, cerrando un año en el que el sector fabril se ha visto afectado por las incertidumbres comerciales.
El índice compuesto de gerentes de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de IHS Markit se mantuvo en 50,6 en diciembre, ligeramente más bajo que las estimaciones de economistas de 50,7. La lectura indica que la producción del cuarto trimestre será la más débil desde que la región salió de una recesión de doble caída en el segundo semestre de 2013.
El índice PMI señala que el sector privado no logra ganar impulso. El nivel 50 divide la expansión de la contracción.
La semana pasada, el Banco Central Europeo puso de relieve el difícil panorama al revisar a la baja su proyección de crecimiento para el próximo año. No obstante, Christine Lagarde, en su primera actualización de política como presidenta, dijo que hay indicios de que la economía está comenzando a estabilizarse y que los riesgos a la baja son “algo menos pronunciados”.
En Francia, la resiliencia del sector de servicios compensó en gran medida una caída inesperadamente brusca en el impulso del sector manufacturero, mientras que la contracción industrial de Alemania se profundizó.
IHS Markit informó que el crecimiento del empleo en el bloque se desaceleró a un mínimo de cinco años, lo que refleja un optimismo moderado sobre las perspectivas, mientras que las presiones de precios se moderaron.
“Hay pocas señales de una mejora inminente. El aumento de los nuevos pedidos sigue estancado en gran medida y la creación de empleos prácticamente se ha detenido”, dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios de la compañía con sede en Londres. Las empresas están “luchando contra las dificultades de una demanda casi estancada y un sombrío panorama para el próximo año”.