La economía de Uruguay probablemente crecerá un 2% este año debido a la sequía, frente a una expansión del 4,9% estimada en 2022, según un comunicado emitido el lunes por el Fondo Monetario Internacional.
El FMI destacó que el déficit fiscal y la deuda pública disminuyeron de forma sustancial durante los últimos dos años, gracias a los esfuerzos de las autoridades para cumplir los objetivos de la regla fiscal y proyecta que el déficit fiscal se reducirá a un 2,3% del PIB, frente al 2,8% en 2022.
“El principal riesgo de corto plazo para la política fiscal es cómo la intensidad y duración de la sequía actual afectarán la actividad económica, aunque existe espacio fiscal disponible en caso de ser necesario”, dijo el FMI.
La organización internacional también señaló que el Gobierno debería realizar esfuerzos fiscales adicionales para reducir la relación deuda/PIB al 50%-55% en el mediano plazo.
Respecto de la inflación, el FMI espera que se desacelere a 7% en 2023 y alcance el rango objetivo del banco central en 2024. También sostiene que la autoridad monetaria debe mantener su actual política monetaria contractiva hasta que la inflación y las expectativas de inflación converjan con la meta.
La sequía afecta el 55% del territorio y el trigo es el primer grano en acusar el golpe
Respecto del sector bancario, el FMI estima que las instituciones financieras tienen amplias reservas de liquidez para soportar las presiones de financiación que puedan surgir, aunque cree que las autoridades deben recopilar más datos para evaluar el riesgo de liquidez cambiaria general del sistema financiero.
Sobre los riesgos de solvencia para algunos bancos privados, estima que deben abordarse mediante suplementos de capital correspondientes al Pilar 2 y restricciones en la distribución de dividendos.