Los efectos por la carencia de lluvias están provocando condiciones dispares sobre el territorio productivo de la Argentina, según dependa de la cantidad de agua caída.
“Es necesario atravesar este desierto de comienzo de año porque según el Servicio Meteorológico Nacional y los expertos en clima no esperan precipitaciones abundantes en ninguna parte del territorio nacional para estos días”, señaló Abraham Brostock productor agrícola bonaerense con explotaciones, además, en la provincia de San Luis y citado por NA.
Los cultivos de granos gruesos, el maíz y el sorgo dentro de los cereales y el girasol, la soja, así como el maní catalogados como oleaginosas, son los más afectados; aunque la producción pecuaria también se ve afectada y se refleja en el mercado con los precios a futuro que se están convalidando de los renos de invernada por valores superiores a los de la venta disponible en la actualidad.
Efecto sequía: advierten que los rendimientos de la soja caerán hasta 50%
Mientras los criadores buscan la manera de hacer lugar en los campos para que las vacas dispongan del escaso forraje disponible y tenga más chances de quedar preñadas por la carencia de lluvias, en el sector agrícola, la situación es desesperante.
En algunas zonas el sur bonaerense y de la región pampeana los productores ruegan no solo por algo de lluvias sino porque no se genere una ola de calor extrema que podría agravar el ya oscuro panorama.
Según NA, los técnicos del Servicio Meteorológico Nacional sostienen en voz baja “hay que pasar el verano”, ya que para los primeros tres meses del año se prevé que continuará “la probabilidad de ocurrencia de precipitaciones inferiores a las normales en el Litoral, norte de la región pampeana y NEA”.
En tanto, “sobre el sur de la zona pampeana, Cuyo y el este de la Patagonia se proyectan condiciones normales, al tiempo que en el NOA se prevén lluvias por encima de normal según la media histórica”.
En cuanto a las temperaturas, para “los tres primeros meses del 2023 se registrarán valores mayores a los normales para la provincia de Buenos aires, La Pampa, Córdoba, este de San Luis y oeste de Santa Fe”.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que que el horizonte productivo que traza el productor de la región para la soja de primera, se suele ubicar entre los 40 a 50 qq/ha.
Los asesores y productores reportan caídas de rendimiento del 20% al 50% y advierten que podrían caer más en función de cómo se den las lluvias. Además, la sequía detiene a los cultivos, pero no a las plagas que suelen adaptarse a cualquier ambiente.
De acuerdo al informe número 34 del Sistema de Alarma de Plagas Agrícolas de la oficina del INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, de la localidad Marcos Juárez, “el registro de insectos en el campo revela bajos niveles de infestación actual en la mayor parte de los lotes, pero con condiciones predisponentes a ciertos grupos de plagas como son trips y arañuela”, cita NA.
Fuerte impacto de la sequía para la economía 2023
El maíz ya es uno de los cereales más comprometidos y ya se habla de “drama maicero” por el efecto de las condiciones del clima.
El Pronóstico de Rendimiento Simulados, ProRindes, relevó que, de todas las regiones sembradas, solo en una se aguardan rendimientos de maíz temprano mayores a otros años. Se trata de la localidad de Tandil. Pero en zonas como Junín, Tres Arroyos o Río Cuarto en Córdoba o Gualeguaychú en Entre Ríos se esperan rendimientos menores a la media histórica.
Para la mayoría de los productores agropecuarios de la denominada zona núcleo, la campaña está jugada porque no hay agua en el perfil del suelo y las lluvias no llegan con la abundancia que se necesita para tener una buena cosecha.
Los expertos en clima esperan abundantes precipitaciones para el final del verano y el comienzo del otoño. La sequía impactó muy fuerte en el norte y noreste de Buenos Aires y sur de Santa Fe y parte de Córdoba y Santiago del Estero.
SE / MCP