Días después del colapso de las negociaciones entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el líder de la oposición, Juan Guaidó, el país se está adentrado en aguas políticas sin explorar: el Gobierno inició el diálogo con partidos menores de la oposición y dijo que sus diputados regresarían al ineficaz Parlamento presidido por Guaidó.
Algunos consideran que estas medidas tienen el objetivo de menoscabar aún más a Guaidó y al movimiento internacional para reconocerlo como líder legítimo del país, en lugar de a Maduro. Pero el jueves, Guaidó dijo que los acontecimientos suponían una victoria; celebró el regreso de los diputados, y señaló que, una vez que estén en la Cámara con él y otros parlamentarios, elevará el peso del órgano que el Gobierno ha tratado con desprecio durante los últimos años. El político, de 36 años de edad, dijo durante una entrevista en su oficina en el centro de Caracas que parecía una oportunidad para reconocerlo como presidente del Congreso y reconocer ese cuerpo como único poder legítimo.
Guaidó dice que la proximidad con los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela hará que sea más fácil convencerlos de que unan sus fuerzas con él. Muchos de ellos han indicado que quieren seguir una ruta diferente, y el hecho de que disfruten de inmunidad parlamentaria facilita las cosas, afirmó.
Los diputados del partido socialista abandonaron la Asamblea Nacional hace dos años, después de que la oposición ganase una mayoría. Maduro respondió con el cierre del Parlamento y la creación de un cuerpo separado, incluso más poderoso, repleto de sus seguidores.
La Asamblea Nacional continuó reuniéndose, pero su legislación se bloqueó y muchos miembros fueron perseguidos o huyeron al extranjero. En enero, Guaidó invocó la Constitución para obtener el reconocimiento como el líder legítimo del país, con el argumento de que las elecciones de Maduro habían sido manipuladas. Estados Unidos le declaró su apoyo inmediatamente, y casi 60 naciones han seguido el mismo ejemplo.
La oficina de Guaidó tiene un letrero que dice "Oficina de la Presidencia" en la pared, pero su papel como líder todavía no es más que algo simbólico. Sus movimientos están muy limitados: no puede subirse a un avión y dice que podría ser arrestado en cualquier momento. Su adjunto, Edgar Zambrano, fue liberado recientemente después de cuatro meses en prisión.
Las sanciones estadounidenses cada vez más estrictas contra Maduro y su equipo, y un embargo económico al Gobierno, no han logrado desbancar al chavismo del poder.
Guaidó ha sido objeto de críticas desde que el vicepresidente del partido socialista, Diosdado Cabello, mostrase la semana pasada fotos de Guaidó acompañado de presuntos miembros de la banda colombiana de narcotráfico Rastrojos.
Cabello dijo que las fotos se sacaron durante el viaje de Guaidó a Colombia para el fallido intento de entregar ayuda humanitaria desde la ciudad fronteriza de Cúcuta. Por su parte, Guaidó ha respondido que solo supo quiénes eran aquellos hombres gracias a Cabello, y que las imágenes son una prueba más de que el Gobierno ha cedido el control de la región a las guerrillas y los grupos mafiosos. Guaidó dijo que ese día asumieron muchos riesgos para ir a Colombia en busca de ayuda humanitaria y que, en todo caso, muestra que el Estado ha perdido totalmente el control de la frontera colombiana.
