Un abogado que defendió a Harvard contra las afirmaciones de que discrimina a los solicitantes estadounidenses de origen asiático concluyó un juicio de tres semanas argumentando que el "verdadero lobo de los prejuicios raciales" era el demandante, que según él busca revertir décadas de acción afirmativa en las admisiones universitarias aprobadas por la Corte Suprema de Estados Unidos.
El lobo está "a las puertas de Harvard", dijo William Lee al tribunal en su declaración final, aludiendo a la metáfora que su adversario, Adam Mortara, había utilizado al comienzo del juicio. "Pero ese lobo no es una discriminación intencional contra los asiático-estadounidenses por parte de la oficina de admisiones de Harvard".
En cambio, Lee le dijo a la jueza de distrito de EE.UU. Allison Burroughs en Boston que son los "que aniquilarían el progreso que hemos logrado" al "seguir políticas de admisión conscientes de la raza no solo sancionadas, sino también elogiadas".
El demandante, Students For Fair Admissions (SFFA), presentó una demanda en 2014 en la que alega que Harvard discrimina a los solicitantes de origen asiático y favorece a otras minorías. SFFA, liderado por el oponente de la acción afirmativa Edward Blum, presentó el análisis de un economista para demostrar que Harvard limita la cantidad de asiáticos a los que acepta otorgándoles una calificación personal más baja, una de las principales categorías que usa la institución en su proceso de admisión.
‘Penalización asiática’
John Hughes, abogado de SFFA, dijo en su declaración final que la universidad emplea un sistema ilegal de cupos para impulsar a los solicitantes afroamericanos e hispanos y suprimir a los asiáticos. Dijo que el análisis de los datos de admisiones mostró que el sesgo se había "colado" en el sistema para crear una "penalización por ser asiático". Hughes dijo que en el nivel académico superior de los estudiantes que solicitaron ingresar a Harvard y también obtuvieron una calificación general superior –un indicador sólido de admisión probable–, los primeros eran los estudiantes afroamericanos, seguidos por los hispanos y luego los blancos, mientras que los asiático-estadounidenses "quedaron últimos todas las veces".
Ese mismo día, después de que Lee demostró que algunos grupos de asiático-estadounidenses —como los de California, las mujeres y los hijos de exalumnos— presentan una tasa de ingreso más alta que otros grupos, Mortara respondió: "Nadie dijo nunca que Harvard no quería a los asiáticos. Simplemente no quieren demasiados".
El demandante dice que quiere cambiar solo a Harvard y solo en nombre de un grupo, pero su demanda busca descartar la raza como factor de admisión en la casa de estudios y de tener éxito, podría transformar las admisiones universitarias en todo el país. El Departamento de Justicia del presidente Donald Trump, que está investigando posibles sesgos en las admisiones en las universidades de Harvard y Yale y suprimió las pautas fijadas por el Gobierno de Barack Obama que instaron a las instituciones a tomar en cuenta la raza, apoya la causa de SFFA y califica el proceso de admisión como "infectado con prejuicios raciales".
Quienquiera que pierda el juicio en Boston probablemente apelará hasta llegar a la Corte Suprema de EE.UU., donde el conservador Brett Kavanaugh reemplazó a Anthony Kennedy, que puso el voto decisivo en un fallo de 2016 donde se confirmaron las admisiones universitarias conscientes de la raza.
“No sé si tendré otro caso en mi carrera donde la presentación haya sido tan profesional, reflexiva y excepcional", dijo la jueza Burroughs, y agregó: "Esto ha sido un privilegio. Espero que el resultado de nuestro trabajo final sea digno del esfuerzo de todos ustedes”.
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