Visitas guiadas por una de sus instalaciones más importantes. Un encuentro privado entre los medios internacionales y su máximo ejecutivo. Un sentido diario personal que describe un terremoto devastador. En las semanas transcurridas desde la inesperada detención de su directora de finanzas, Huawei Technologies Co., una empresa que durante mucho tiempo fue reservada, casi se ha convertido en una compañía distinta.
La detención de su directora de finanzas, Meng Wanzhou, en Canadá puso inesperadamente en el centro de la escena a la empresa de tecnología más grande de China, que se encontró en medio de las tensiones entre Estados Unidos y China. Como EE.UU. acusó a Meng, hija de Ren Zhengfei, el multimillonario fundador de Huawei, de fraude bancario para violar las sanciones contra Irán, hasta sus controles internos quedaron puestos en entredicho. En respuesta, la empresa lanzó una inusual campaña de seducción: afirmó que se trata de calumnias contra una ciudadana internacional fundamental para el futuro de las comunicaciones inalámbricas.
Huawei ya había tomado medidas para atender quejas sobre su falta de transparencia en otros años, como informar más resultados financieros y construir laboratorios para exhibir su tecnología. Pero recientemente, la empresa fue más allá de lo normal: invitó a medios extranjeros a visitar sus centros en China y abrió a la prensa su secreta “Casa Blanca”, una base de investigación. Quizás lo más incongruente sea que Huawei hizo circular una entrada de diario íntimo de 700 palabras que, según la empresa, escribió Meng tras recibir correo de una admiradora japonesa anónima. El texto se intitula “¡Siempre hay bondad en la gente!” y explica que la autora de la carta estaba “muy triste” por la detención de Meng en Canadá y “no puede quedarse callada más tiempo”.
Caso Huawei: nueva detención de un ciudadano canadiense en China
Año ‘muy ajetreado’
El martes, la empresa tomó la inusual medida de poner a disposición a su presidente rotativo, Ken Hu, para una sesión de preguntas y respuestas de dos horas sin formato predeterminado.
“Este año ha sido muy ajetreado, ¿no?”, dijo Hu a los periodistas mientras defendía los antecedentes de la empresa y criticaba duramente las acusaciones de EE.UU. sobre su independencia y su supuesto papel en el espionaje. “Muchos países tienen diversas inquietudes sobre el 5G. La mayoría de esas inquietudes son razonables y se basan en la tecnología. Respecto a esto, trabajaremos con gobiernos y operadores para despejarlas”.
La necesidad de comunicarse de Huawei es comprensible dada su situación: ahora, sus costosas iniciativas para alcanzar una posición fuerte en la tecnología de quinta generación (5G), que llevan años en curso, corren peligro de chocar con el conflicto entre las dos economías más grandes del mundo. La empresa debe reasegurar a los clientes de todo el mundo que es la mejor opción y disipar el temor a que sus equipos no sean seguros o que los pueda sabotear Pekín, algo que siempre negó.
En la entrada del diario provista por Huawei, Meng detalla muy pormenorizadamente la respuesta más que adecuada de la empresa a los terremotos que sacudieron Japón y Nepal hace años y describe una avalancha de apoyo de todo el mundo.
“Mi abogado me dijo que ejerce su profesión hace más de 40 años y nunca había visto nada semejante, con tantos desconocidos dispuestos a brindarle garantías a alguien a quien no conocen personalmente”, escribió Meng.