La actividad fabril de Estados Unidos se contrajo en marzo más de lo esperado, con un indicador observado de cerca cayendo a su nivel más bajo desde mayo de 2020 a medida que las medidas de nuevos pedidos y empleo retrocedieron.
El indicador de actividad fabril del Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés) disminuyó a 46,3 en marzo, por debajo de la proyección mediana de 47,5 de economistas encuestados por Bloomberg. Las lecturas por debajo de 50 indican contracción. Excluyendo la pandemia, la lectura del mes pasado fue la peor desde 2009.
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Los datos más recientes, publicados el lunes, sugieren que el aumento de las tasas de interés, los crecientes temores de recesión y las condiciones crediticias más estrictas podrían estar comenzando a afectar la inversión empresarial. Eso agrava los desafíos de la demanda que el sector ya enfrentaba, a medida que los hogares continúan trasladando una mayor parte de su gasto discrecional hacia los servicios.
El índice de nuevos pedidos de ISM se deterioró en marzo a 44,3, y el indicador de producción, aunque mejoró respecto al mes anterior, se mantuvo en territorio de contracción.
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“Las tasas de nuevos pedidos siguen siendo lentas a medida que los panelistas se preocupan más por cuándo se reanudará el crecimiento de la fabricación”, dijo Timothy Fiore, presidente del Comité de Encuesta de Negocios de Manufactura de ISM, en un comunicado. “La inestabilidad de los precios permanece, pero la demanda futura es incierta ya que las empresas continúan trabajando para reducir las entregas atrasadas y los retrasos”.
Doce industrias reportaron una contracción en marzo, encabezadas por muebles, productos minerales no metálicos y textiles. Se expandieron seis sectores.
RM
