La inflación de Brasil registró en marzo su mayor incremento en nueve meses por el aumento de los costos de alimentos y transporte.
El índice IPCA subió 0,75 por ciento respecto a febrero, informó el miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, lo que supone el mayor aumento mensual desde junio. La cifra superó todos los pronósticos de analistas encuestados por Bloomberg.
La inflación anual se aceleró a 4,58 por ciento, por encima del objetivo de este año de 4,25 por ciento, y alcanzó su mayor nivel en más de dos años.
En el mes de marzo, el índice IPCA-15 subió 0,54 por ciento frente a mediados de febrero, por sobre el 0,51 por ciento pronosticado por analistas encuestados por Bloomberg.
Los extranjeros invierten en Brasil a pesar de la agitación política
Desde agosto que el índice no superaba las estimaciones. La inflación a 12 meses fue de 4,18 por ciento, lo que supone el ritmo más rápido desde noviembre y roza el objetivo de 4,25 por ciento.
La inflación es algo con lo que también lidiaron anteriores presidencias como las de Michel Temer y Dilma Rousseff, principalmente tras las denuncias con las que terminaron tras las rejas.
Por ejemplo, los precios al consumidor durante 2015 se aceleraron un 7,9% en 12 meses, cuando el Gobierno tenía metas de inflación de 4,5% y pretendía terminar con una recesión galopante. Jair Bolsonaro se basa en estas situaciones pasadas para responder a las críticas.
Los inversionistas están dispuestos a comprar en medio de la caída incluso con una perspectiva poco clara de avances en las reformas.
En tanto, los inversionistas extranjeros finalmente están volviendo a las acciones brasileñas. Después de meses de permanecer al margen esperando señales más concretas de que el gobierno podría llevar a cabo con éxito sus ambiciosos planes para la economía, los inversionistas extranjeros depositaron fondos en el mercado local durante nueve días consecutivos, la racha más larga de entradas de capital desde abril del año pasado.
Destinaron 4.400 millones de reales (US$1.100 millones) en acciones este mes, impulsando el total de este año a niveles positivos. El cambio de rumbo se produce en medio de una venta masiva de activos brasileños, lo que indica que los inversionistas están dispuestos a comprar en medio de la caída incluso con una perspectiva poco clara de avances en las reformas.