La inflación anual de Brasil se aceleró el mes pasado, aumentando la presión para otra alza de tasa de interés y complicando los esfuerzos del presidente Jair Bolsonaro para otorgar un alivio a los consumidores.
Los datos oficiales publicados el viernes mostraron que los precios al consumidor subieron 11,89% en junio respecto al año anterior, menos que la media de estimaciones de 11,94% de economistas encuestados por Bloomberg y más que el 11,73% registrado en mayo. En el mes, la inflación avanzó un 0,67%.
La inflación de Brasil se disparó en mayo y superó el 12% interanual
La fuerte inflación está enfureciendo a los brasileños antes de las elecciones de octubre y perjudicando las esperanzas de Bolsonaro de ser reelecto. El mandatario, que ocupa el segundo lugar en las encuestas, respalda múltiples iniciativas, incluidos los recortes de impuestos al combustible y la ampliación de las entregas de efectivo. Al mismo tiempo, el banco central ha elevado las tasas en 11,25 puntos porcentuales desde marzo de 2021, y se prevé que volverá a hacerlo en agosto.
Un paquete de ayuda multimillonario destinado a amortiguar el aumento del costo de vida avanza actualmente en el Congreso. Aún así, los economistas temen que la propuesta erosione la política fiscal y aumente aún más la inflación a largo plazo.
Tras elevar la Selic a 13,25%, el banco central planea aumentar las tasas en 50 puntos básicos o menos el próximo mes. El doble golpe de los altos costos de endeudamiento y la inflación sobre los dos dígitos está generando temores de que la economía caiga en recesión.
Los analistas ven una inflación cercana al 8% a fines de 2022 y al 5% en 2023, según las estimaciones publicadas en la última encuesta de economistas del banco central. Los responsables de política tienen como objetivo los precios al consumidor en 3,5% y 3,25% para esos años, respectivamente.
