Mientras los inversionistas se preparan para un final impredecible de la segunda vuelta de una carrera presidencial en Ecuador profundamente dividida, las encuestas de opinión muestran un repunte del apoyo para el banquero Guillermo Lasso, enviando los bonos en dólares de la nación a niveles vistos por última vez antes de que comenzaran las elecciones.
Los votantes regresarán a los recintos electorales el domingo para decidir entre el protegido del expresidente socialista Rafael Correa, Andrés Arauz, o Lasso, un banquero conservador de la ciudad costera de Guayaquil. Se trata de una elección de alto riesgo para el país y sus tenedores de bonos que se produce pocos meses después del undécimo incumplimiento o reprogramación de deuda de Ecuador en casi 200 años.
Arauz tuvo una ventaja de dos dígitos en la primera ronda electoral en febrero, pero las últimas encuestas muestran que Lasso ha acortado la distancia. Esto puede llevar a los inversionistas a adoptar posturas más neutrales de cara a la votación, aunque muchos votantes sigan indecisos, dijo Siobhan Morden, responsable de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont. Para aumentar la confusión, el partido político indígena Pachakutik ha llamado a sus partidarios a votar nulo en medio de acusaciones de fraude.
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“La conclusión es que las últimas encuestas justifican una posición neutral en lo que consideramos resultados binarios y riesgos políticos iguales”, escribió Morden en una nota. “Anteriormente habíamos argumentado el potencial de políticas heterodoxas extremas bajo una candidatura de Arauz y ahora cambiamos nuestro análisis al riesgo de políticas ortodoxas opuestas bajo una candidatura de Lasso”.
Con tantas cosas en el aire, los bonos ecuatorianos en dólares recientemente reestructurados están cerca de los niveles observados en la primera ronda electoral de febrero. Las notas con vencimiento en 2040 han subido desde el mínimo de principios de marzo para cotizarse a 46 centavos de dólar, cerca del máximo desde el último día de negociación antes de los comicios de febrero. Aun así, han bajado más de 12 centavos desde la reestructuración del año pasado. Los bonos del país son, en promedio, la cuarta deuda de mercados emergentes con peor desempeño este año en un índice de Bloomberg Barclays.
La mayor probabilidad de una victoria de Lasso hace que los bonos con vencimiento en 2040 sean una opción de compra, ya que “estarían listos para la mayor alza con respecto a los precios actuales”, escribieron en una nota de investigación Ramiro Blazquez y Bruno Gennari de BancTrust, con sede en Buenos Aires.
El rendimiento adicional que exigen los inversionistas para mantener los bonos soberanos en dólares de Ecuador sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos era de 1.168 puntos básicos al cierre del jueves, lo que coloca a la nación en territorio en dificultades junto a países como Argentina, Belice y Líbano, según índices de JPMorgan.
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Última vuelta
Lo que está en juego en la votación del domingo es la voluntad del próximo Gobierno de cumplir con los términos de la reestructuración de deuda de US$17.400 millones del año pasado y si puede mantener las metas fiscales requeridas bajo un acuerdo de US$6.500 millones suscrito en septiembre con el Fondo Monetario Internacional. La nueva Administración también necesitará apuntalar la economía de Ecuador, que se contrajo 7,8% el año pasado y podría crecer solo 3,1% en 2021, según el banco central del país.
Si bien el avance de Lasso en las encuestas ha alimentado las especulaciones de que podría lograr una victoria, aún no está claro si podría obtener apoyo legislativo para medidas de austeridad. Ninguno de los candidatos tendrá una mayoría en el Congreso si ganan.
“La fragmentación de la Asamblea Nacional junto con la fuerte influencia legislativa de la izquierda hará que la gobernabilidad sea extremadamente difícil”, según Blazquez y Gennari.
Mientras tanto, para Arauz, de 36 años de edad, los inversionistas están divididos sobre si replicará las políticas de Correa, que incluyeron un debilitamiento de las instituciones, medidas enérgicas contra los opositores, limitación de la libertad de expresión y grandes déficits. El candidato ha adoptado un tono más conciliador en las conversaciones con los tenedores de bonos, diciendo que está comprometido con la dolarización y con no reestructurar la deuda. Sin embargo, también continúa insistiendo en que entregará US$1.000 millones a las familias pobres de las escasas reservas del banco central.
“Si bien las elecciones parecen más competitivas, Arauz mantiene una ventaja”, escribieron en una nota esta semana las analistas de Eurasia Group Risa Grais-Targow y Laura Duarte. “En última instancia, representa un cambio más claro en la política económica, pero también tendrá que lidiar con el sentimiento anticorreísta, lo que lo convierte en una competencia cerrada”.