Kim Jong Un llegó a Vladivostok el miércoles bajo el estruendo de su tren blindado, en busca de un amigo que le ayude a superar las dificultades con el presidente Donald Trump: el líder ruso, Vladimir Putin. Con su abrigo negro, Kim caminó sobre una alfombra roja un día antes de su reunión con Putin para su primera cumbre con el líder ruso desde que llegó al poder en 2011. El viaje, casi un año después de la invitación de Rusia, parecía querer mostrar que Kim tiene fuentes alternativas de apoyo después de que su fallida reunión con Trump en Hanói dejara a Corea del Norte sin un camino claro para escapar de un embargo económico internacional liderado por Estados Unidos.
Si bien Putin tiene poco dinero para compartir y es poco probable que tome decisiones que puedan violar las sanciones o crear otra disputa con EE.UU., es posible que Kim tenga que conformarse con las promesas rusas de apoyo diplomático y económico. Pero los dos líderes no planean hacer declaraciones conjuntas o firmar acuerdos, según Yuri Ushakov, asesor de política exterior de Putin. Kim dijo que la cumbre será un "punto de partida para conversaciones productivas sobre cooperación", informó Vesti TV en una entrevista.
Kim Jong Un presiona a Trump tras fracaso de la cumbre en Hanói
Esto es lo que Kim quiere:
1. Trayectoria diplomática
Mucho ha cambiado desde que Joseph Stalin ayudó al abuelo de Kim, Kim Il Sung, a crear la República Popular Democrática de Corea después de la Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo el colapso de la Unión Soviética y el surgimiento de China como principal benefactor de Corea del Norte. Putin ha conservado cierta influencia rusa en la península coreana, ha acogido a trabajadores norcoreanos y participado en conversaciones nucleares de seis naciones, pero hasta ahora no se ha reunido con Kim.
Tanto Kim como Putin tienen algo que ganar al reunirse ahora. Kim quiere proteger el perfil diplomático que construyó durante una serie de viajes sin precedentes al extranjero el año pasado y demostrarle a Trump que tiene amigos más allá de China.
Para el Kremlin, esta reunión es una oportunidad para mostrar que Rusia sigue siendo un actor en un tema de envergadura mundial, en el que China y EE.UU. lo han eclipsado en gran medida. "Para Putin, es importante permanecer involucrado", dijo Georgy Toloraya, director del Centro para la estrategia asiática en la Academia de Ciencias de Rusia. "Gracias al conflicto de Corea, ha habido actividad positiva en la relación entre EE.UU. y Rusia".
2. Alivio de sanciones
En gran parte, Rusia ha seguido el liderazgo de China en lo referente a las sanciones, y se unió a Pekín para apoyar las sanciones de la ONU cuando Kim estaba probando armas de destrucción masiva y promovió un alivio cuando dejó de realizar pruebas. El veto de Putin en el Consejo de Seguridad de la ONU podría darle poder para remover algunas sanciones con el argumento de que violan las protecciones previstas contra "consecuencias humanitarias adversas". Sin embargo, Rusia se ha comprometido a cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad y no hay ninguna señal de que Putin se arriesgue a violarlas.
Kim Jong Un consolida aún más el poder con nueva restructuración
3. Trabajadores invitados
Una queja norcoreana sobre las sanciones que podría tener una audiencia receptiva en Rusia es el requisito del Consejo de Seguridad de que los países expulsen a los trabajadores invitados de Corea del Norte para finales de año. Corea del Norte ha enviado a decenas de miles de ciudadanos a lugares como Rusia y China para trabajo manual, por lo que el régimen gana más de US$500 millones al año en moneda extranjera vital, o aproximadamente 1,5 por ciento de la economía del país.
Corea del Norte quiere que Rusia deje que sus trabajadores se queden, dijo Fedot Tumusov, legislador ruso, a la agencia de noticias Interfax después de regresar de Piongyang. Las áreas escasamente pobladas del Extremo Oriente ruso se han vuelto más dependientes de los trabajadores para industrias como la madera y la construcción, lo que da a las autoridades un incentivo para hacerse la vista gorda. Pero las sanciones requieren que los últimos se vayan a fines de este año, dejando así poco espacio para concesiones.
4. Enlaces en el transporte
Décadas de sanciones, el estancamiento y el gasto militar excesivo han dejado en mal estado la infraestructura de Corea del Norte. Y Rusia, que comparte una frontera de 17 kilómetros con el país, quiere una actualización para obtener acceso a los mercados del norte y sur de Corea.
ED