La directora financiera de Huawei Technologies Co., Meng Wanzhou se ha unido Carlos Ghosn en el club legal del 1%.
Esas son las probabilidades de que la ejecutiva china gane su intento de evitar la extradición a EE.UU., similares a las posibilidades de absolución del titán de los automóviles convertido en fugitivo en Japón. Mientras Ghosn huyó de Japón en una gran caja negra hacia Líbano, Meng se prepara para las audiencias de extradición que comenzarán en un tribunal de Vancouver el lunes, 13 meses después de que fuera arrestada por solicitud de Estados Unidos.
Las audiencias le ofrecen su primera oportunidad, aunque mínima, de ser puesta en libertad, mientras un juez canadiense considera si el caso cumple con la prueba crucial de la doble criminalidad: ¿su presunto crimen también habría sido un crimen en Canadá? Si no, podría ser liberada, de acuerdo con las reglas de extradición de Canadá.
"No habría nada que la detuviera: restricciones a la fianza, arresto domiciliario, todo eso sería eliminado", asegura Michael Klein, un abogado de Vancouver que trabajó junto a los abogados de Meng en un caso de extradición de 2004. "Al igual que si eres absuelto en un caso penal, la Corona puede apelar, pero esa persona es una persona libre".
Meng, la hija mayor del multimillonario fundador de Huawei, Ren Zhengfei, se ha convertido en el objetivo de más alto perfil de un esfuerzo más amplio de EE.UU. para contener a China y su mayor compañía de tecnología, que Washington considera una amenaza para la seguridad nacional. EE.UU. la acusa de fraude y dice que le mintió a HSBC Holdings Plc para realizar transacciones que violaban las sanciones de EE.UU. a Irán. Meng, quien cumplirá 48 años el próximo mes, es acusada de fraude bancario, que conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
"En la mayoría de los casos de extradición, la doble criminalidad es un análisis fácil", dice Brock Martland, un abogado penalista en Vancouver.
En el caso de Meng, no lo es, lo que puede empujarla al 1% de los acusados en Canadá que históricamente han vencido las órdenes de extradición a EE.UU.
Su defensa ha argumentado que el caso de EE.UU. es, en realidad, una queja de violación de sanciones que busca "disfrazarse" como fraude para que sea más fácil extraditarla. Si la supuesta conducta de Meng hubiera tenido lugar en Canadá, las transacciones de HSBC no habrían violado ninguna sanción canadiense, dicen. Fiscales federales de Canadá responden que el delito subyacente es fraude porque le mintió a HSBC, lo que hizo que calcularan mal el riesgo de Huawei como acreedor y realizaran transacciones que de otro modo no habrían hecho.
"En esencia, este es un caso de aplicación de sanciones por parte de EE.UU. que se hace pasar por fraude canadiense", dijo la defensa de Meng en documentos publicados el viernes. Si solo se tratara de fraude, EE.UU. no tendría una razón legítima para perseguir a Meng porque "EE.UU. no está vigilando activamente al mundo en busca de ciudadanos extranjeros que engañan a los bancos extranjeros para obtener préstamos u otros servicios financieros".
Salón de té de Hong Kong
Otro posible punto conflictivo es que la supuesta mala conducta de Meng no tuvo lugar en EE.UU. ni en Canadá, sino que depende en gran medida de una reunión de 2013 en una casa de té en Hong Kong entre Meng y un banquero de HSBC.
"Las leyes canadienses de fraude no tienen un alcance extraterritorial", asegura Ravi Hira, un abogado en Vancouver y exfiscal especial. "Si cometes un fraude en Hong Kong, no puedo procesarte en Canadá".
Si bien las audiencias de doble criminalidad están programadas para cuatro días, el fallo probablemente llegaría mucho más tarde, posiblemente en meses.
Estar atrapada en medio de una guerra comercial le ha traído el lujo del tiempo. Antes de su arresto, Meng viajaba con tanta frecuencia por el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo que había cambiado al menos siete pasaportes en una década. En estos días, pasa su tiempo pintando al óleo y buscando un doctorado en línea. Las llamadas telefónicas con su padre han pasado de una vez al año a cada pocos días.
"Si una vida ocupada se ha comido mi tiempo, entonces las dificultades a su vez lo han recuperado", escribió Meng en una conmovedora carta a sus seguidores el mes pasado en el primer aniversario de su arresto. "Nunca fue mi intención estar atrapada aquí tanto tiempo".
Si el tribunal determina que su caso no pasa la prueba de doble criminalidad, el fiscal general de Canadá tendría derecho a apelar en el transcurso de 30 días. En teoría, podría estar en un avión de regreso a China mucho antes de eso, dice Gary Botting, un abogado en Vancouver que ha estado involucrado en cientos de casos de extradición canadienses.
De las 798 solicitudes de extradición de Estados Unidos recibidas desde 2008, Canadá solo negó o descartó ocho, según el Departamento de Justicia. Eso equivale a una probabilidad de 99% de ser entregado, similar a la tasa de condenas en Japón. Otros 40 casos fueron retirados por EE.UU.
Aún así, eso es fraccionalmente mejor que las probabilidades de dos canadienses detenidos en China, donde la tasa de condenas actualmente es de 99,9%, según Amnistía Internacional.
"Durante el año pasado, también aprendí a enfrentar y aceptar mi situación ", dijo Meng en su carta. "Ya no tengo miedo del duro camino por delante".