Los nuevos fármacos que aprovechan defectos en las células tumorales acapararon titulares en una conferencia sobre el cáncer en Barcelona durante el fin de semana. Pero Mark Velleca hablaba con el mismo entusiasmo de un tipo de terapia que fue un tratamiento innovador en la década de 1950. “Se declaró la muerte de la quimioterapia muchas veces”, dijo Velleca, responsable ejecutivo de G1 Therapeutics Inc. Pero “continuará usándose, incluso con la llegada de estos nuevos regímenes”.
Las opiniones de Velleca reflejan una obstinada realidad en el mundo del cáncer. Los medicamentos especializados e inmuno-oncológicos han acaparado la atención, pero la quimioterapia, a pesar de sus deficiencias y sus efectos secundarios duros, sigue siendo un pilar en el tratamiento de millones de pacientes. Para un número creciente, la quimioterapia es parte de una combinación cada vez más sofisticada de tratamientos. Para otros, sigue siendo la única esperanza.
“La quimioterapia sigue siendo el pilar fundamental para algunos pacientes”, dijo Jennifer Litton, especialista en cáncer de mama de MD Anderson Cancer Center, en la Universidad de Texas en Houston. “No sé si alguna vez nos alejaremos de eso hasta que logremos un biomarcador específico que conduzca a una terapia especializada para todo”.
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Pantallas llamativas
Los médicos están buscando esos puntos de ataque, junto con mejores formas de impulsar las defensas del sistema inmunitario. El entusiasmo era palpable en el encuentro de la Sociedad Europea de Oncología Médica, donde Amgen Inc. expuso una pantalla interactiva llamativa, acompañada de una narración sobre la búsqueda para derrotar a los objetivos “que no responden a medicamentos”. Cerca, Bayer AG exhibía una promoción del tamaño de una pared para un tratamiento, el “primero de este tipo”, de tumores causados por genes anormales raros. Y Novartis AG organizó un espectáculo de luces para su terapia Kisqali. “Supervivencia general superior”, decía en letras grandes.
Sin embargo, pese a todo el progreso en esos nuevos enfoques, las compañías que incluyen Merck & Co. y Roche Holding AG quieren combinar sus nuevas terapias inmunes de gran éxito con quimioterapia. Un aspecto prometedor, según Velleca de G1, es que cuando la quimioterapia mata las células tumorales, a veces liberan cosas que el sistema inmunitario puede aprender a atacar.
Efecto protector
G1 está apostando mucho por la quimioterapia. El producto experimental más avanzado del pequeño desarrollador de medicamentos, trilaciclib, tiene como objetivo proteger las células madre que a menudo sufren el impacto de la quimioterapia. Eso puede reducir los efectos secundarios como la anemia y la fatiga, y permitir que los pacientes reciban un tratamiento más fuerte y efectivo.
Para finales de este año, se habrán diagnosticado 1,8 millones de nuevos casos de cáncer en Estados Unidos, según la Sociedad Americana del Cáncer. Más de la mitad de ellos recibirá quimioterapia, según el Instituto del Cáncer Dana-Farber en Boston.
La quimioterapia se basa en una estrategia de ataque a las células de rápido crecimiento, un sello distintivo del cáncer, lo que también significa que a menudo daña el tejido normal y saludable. Los efectos secundarios a menudo limitan la cantidad de tratamiento que los pacientes pueden recibir.
Una comprensión cada vez mayor del cáncer y lo que lo distingue del tejido normal condujo a un auge en las llamadas terapias dirigidas a finales de los años 1990 y 2000. Luego vino la ola de terapias inmunes de esta década que libera las defensas del cuerpo contra los tumores.
Uno de estos es el Tecentriq de Roche, aprobado para el cáncer de pulmón en combinación con quimioterapia, junto con otros usos. La compañía suiza informa el lunes datos de un estudio muy esperado en cáncer de vejiga que también combina el medicamento con un tratamiento tradicional.
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Mejor opción
“Nos encantaría poder eliminar la quimioterapia, pero no siempre podemos hacerlo”, dijo Alan Sandler, jefe de desarrollo de productos de Roche para tumores sólidos.
Entretanto, la farmacéutica francesa Sanofi publica resultados el lunes que podrían aumentar la dependencia de los médicos de la quimioterapia. Su ensayo clínico analizó si algunos pacientes con cáncer de próstata que recibieron Jevtana, un fármaco de quimioterapia más antiguo, obtuvieron mejores resultados que aquellos que recibieron un segundo tratamiento hormonal dirigido.
Ronald de Wit, oncólogo y profesor del Erasmus MC Cancer Institute en Rotterdam, dirigió el ensayo. De vuelta a casa, ve a muchos pacientes que han estado siguiendo ansiosamente los recientes avances en cáncer y esperan recibir tratamientos de vanguardia. A menudo se sorprenden al escuchar que recibirán quimioterapia, por lo que debe explicar que sigue siendo la mejor opción para algunos tumores, como los cánceres de vejiga y testículos. “Eso es algo de lo que hablo con mis pacientes todos los días”, dijo. “Pero sigue siendo la piedra angular”.