El hombre que desde hace mucho insiste en que es dueño de la mitad de Facebook Inc. sigue siendo ingenioso. Hasta su detención en agosto en Ecuador, Paul Ceglia estuvo prófugo de la justicia durante más de tres años. Trataba de evitar ser procesado en Nueva York, donde se lo acusa de haber falsificado un contrato con el fundador Mark Zuckerberg.
Se escondió en “comunas hippies” de Georgia y Missouri, se disfrazó de amish, sobornó a policías fronterizos sudamericanos e incluso zarpó hacia Cuba – o trató de hacerlo- con su esposa, dos hijos y un terrier Jack Russell.
Al menos, eso es lo que dice Ceglia. Habló con Bloomberg en un área común externa larga y angosta y con olor a orina del Centro de Detención Provisional de Quito, cárcel conocida como “El Inca” por el nombre del barrio. Se oía el constante bullicio de otros presos y el ruido de algunas gotas de lluvia que caían a través de las tejas rotas del techo. Más tarde, volvió a una celda de tres por tres metros (10 pies) que comparte con otros ocho presos.
Ceglia, que actualmente tiene 45 años, fue deliberadamente vago respecto de algunos detalles y dijo que quería proteger a las personas que habían ayudado a la familia a evadir a las autoridades. Los fiscales estadounidenses sostienen que es un estafador. Ahora están tratando de extraditarlo a Nueva York para someterlo a juicio por cargos de fraude de seis años de antigüedad.
Fugitivo en caso de Facebook lucha contra extradición de Ecuador
Si tienen éxito, Ceglia podría encontrarse en un tribunal con Zuckerberg, el fundador de Facebook y testigo estrella, además de ser condenado a 20 años de cárcel de ser hallado culpable. Los fiscales federales dicen que Ceglia falsificó un contrato de 2003 con Zuckerberg cuando era alumno de primer año en Harvard y le dio la mitad del negocio que se convertiría en Facebook.
Ceglia lucha para evitar el proceso de extradición, que continuará el lunes con otra audiencia judicial en Quito. En la entrevista, dijo estar siendo coaccionado por una conspiración de la que participan Facebook y el gobierno estadounidense, y aseguró haber huido después de recibir amenazas de muerte en una carta sin firma. Muchos detalles del relato de Ceglia no pudieron ser confirmados por una fuente independiente.
“Tenía que irme a otro país para tener justicia”, dijo al tratar de explicar por qué desapareció tras pagar una fianza de US$250.000 y huir de su casa en el oeste del estado de Nueva York en marzo de 2015. Eso ocurrió semanas antes de que se iniciara su juicio en Manhattan.
Ceglia se escondió en “comunas hippies”, se disfrazó de amish, sobornó a policías fronterizos sudamericanos y trató de zarpar hacia Cuba
Ceglia sigue sosteniendo que su demanda contra Facebook es genuina y que no cometió ningún delito.
Su compleja huida de marzo de 2015 marcó el tono de sus proezas posteriores. Cortó su brazalete electrónico y luego lo conectó a un aparato que había armado con una bomba y un temporizador para tratar de mantenerlo cargado y en movimiento para engañar a los policías que lo monitoreaban en forma remota, según los fiscales de los Estados Unidos.
El truco le dio a Ceglia, su esposa Iasia, sus hijos Joseffinn, entonces de 11 años, y Leenan, entonces de 10, y el perro de la familia, Buddy, una ventaja de por lo menos un día. Se dirigieron al sur con un conductor contratado, disfrazados de familia amish. El plan era navegar hasta Cuba y luego volar a Ecuador. Ceglia dijo admirar al gobierno de izquierda del ex presidente Rafael Correa.
El final llegó el 23 de agosto, cuando la policía ecuatoriana convergió sobre Ceglia y su esposa en Salinas, sobre la costa del Pacífico del país. Vestido con una sudadera de Pink Floyd y con expresión infeliz, fue detenido y llevado a Quito. “Si Paul es extraditado, peleará la causa con uñas y dientes”, dijo su abogado ecuatoriano, Roberto Calderón.