El ministro de Hacienda saliente de Brasil, Eduardo Guardia, tiene un mensaje para su sucesor: "Mantén el rumbo y las cosas saldrán bien" para la economía.
Guardia y su predecesor Henrique Meirelles heredaron una economía sumida en la recesión más profunda de la historia y, tras una serie de reformas económicas para frenar el gasto público, liberalizar las leyes laborales y facilitar la inversión extranjera, Brasil está en vías de registrar un crecimiento de un 1,4 por ciento este año.
"Estamos dejando una economía en una mejor posición que la que recibimos", dijo a Bloomberg News en el marco de la cumbre del Grupo de los 20 en Buenos Aires. Y tuvo un consejo específico para el ministro de Hacienda entrante, Paulo Guedes: "Golpea fuerte y rápido la reforma de pensiones porque el mercado no tiene mucha paciencia para una reforma gradual".
La economía brasileña creció un 0,8 por ciento en el tercer trimestre y la inversión aumentó a su ritmo más rápido desde 2009, según datos publicados el viernes. Un reciente aumento de la confianza empresarial y de los consumidores sugiere que el crecimiento se está acelerando cuando el presidente electo Jair Bolsonaro se prepara para asumir el cargo el 1 de enero. Entre los desafíos para la nueva administración está la aprobación de una reforma de pensiones que es esencial para poner las finanzas de Brasil en una senda sostenible.
La nueva administración tendrá sólo seis meses para demostrar que está avanzando en la reforma de pensiones, según Guardia.
Los datos del producto interno bruto publicados en la mañana fueron un "buen resultado" que muestra que la economía se está recuperando gradualmente y en línea con el pronóstico del gobierno de un crecimiento de 1,4 por ciento este año, señaló.