La primera ministra británica, Theresa May, enfrenta la batalla de su vida política, en su intento por mantener el control del Partido Conservador, mientras altos miembros de los tories intentar debilitar su liderazgo.
Después de que su archirrival Boris Johnson lanzara un ataque directo a la yugular de la primera ministra, el ministro de Finanzas, Philip Hammond, salió en su defensa, en medio de un escenario político cada vez más caótico.
May llega a la conferencia anual de su partido en Birmingham con la necesidad de reafirmar su autoridad y convencer a los tories de respaldar su plan para la salida del país de la Unión Europea. Johnson, su principal diplomático hasta hace tres meses, dijo que el plan de la jefa del Gobierno británico es “una locura”.
Los próximos días serán críticos para May, y sus rivales políticos sacarán ventaja de que su intervención ante los militantes del Partido Conservador no será hasta el miércoles.
Críticas al plan para el brexit
Los líderes de la UE han rechazado abiertamente la propuesta de May de que el país mantenga un estrecho vínculo con el mercado único europeo, que podría establecer un área de libre comercio con Reino Unido. Los tories euroescépticos liderados por Johnson, que quieren una separación radical y rápida del bloque, también cuestionan la idea.
Johnson ha criticado en los últimos meses el denominado “plan Chequers” de May, en referencia a la casa de campo de la primera ministra en que se acordaron sus parámetros. Pero el domingo sus críticas fueron más personales. En una entrevista con el periódico Sunday Times, Johnson aseguró que la idea de May de que la UE y Reino Unido recojan las tarifas aduaneras de la otra parte es “completamente absurda”.
“A diferencia de la primera ministra, yo luché por esto (el brexit), creo en esto”, dijo Johnson. “Creo que es lo correcto para nuestro país, y creo que lo que está sucediendo ahora no es lo que se le prometió a la gente en el 2016”.
Ataque más amplio
No solo May está bajo ataque. En una columna publicada por Sunday Telegraph, el exministro para el Brexit Steve Baker dijo que el plan de May -que rechaza y por el cual dejó el gobierno- es el resultado de una “excesiva influencia política” del principal grupo de empresarial del país, la Confederación de la Industria Británica (CBI, en inglés).
“La CBI es una grave amenaza para la estabilidad política y las perspectivas económicas de Reino Unido”, escribió Baker. “Se debe escuchar a las empresas. Éstas tienen el derecho de intentar evitar la interrupción del comercio y, como partido a favor de la libre empresa, los conservadores deberían escuchar. Pero la CBI no representa esa voz”.
