Theresa May es buena para las sorpresas. El 18 de abril del año pasado, sorprendió al Reino Unido con un anuncio de que convocaría a una elección general, después de meses de descartarla.
Ahora se está embarcando en otra campaña nacional: recorrer el Reino Unido para obtener el respaldo público para el acuerdo del brexit que acaba de negociar con la Unión Europea.
Pero, ¿por qué la primera ministra está tratando de persuadir a millones de votantes de los méritos de su trato, cuando las únicas personas que votarán serán los miembros del Parlamento?
¿Podría estar preparando el terreno, a escondidas, para otra posible elección repentina? Ciertamente no es imposible. Si la Cámara de los Comunes vota en contra del acuerdo de May, algo que sus propios ministros creen probable, tendrá que encontrar otra manera de obtener apoyo. De lo contrario, el Reino Unido saldrá de la UE el próximo mes de marzo sin un acuerdo para amortiguar el golpe.
La UE ha dejado claro que no presentará una mejor oferta a Gran Bretaña. Si el acuerdo no es lo suficientemente bueno para ser aprobado en el Parlamento y no puede haber un nuevo acuerdo, es posible que May necesite un nuevo Parlamento en su lugar. Y eso significa una elección.
Es una posibilidad que los asesores de May han estado considerando durante meses mientras luchaba por obtener su plan para el brexit a través de una Cámara de los Comunes dividida y divisiones dentro de su propio gobierno. Hasta ahora, no ha habido una derrota parlamentaria lo suficientemente grave como para que sea necesaria una elección.
Una nueva elección podría ser más viable que un segundo referéndum, que probablemente demoraría mucho más en organizarse, y que May ha insistido en que nunca aceptará.
Pero hay razones para ser cauteloso. En 2017, la apuesta de May de una elección anticipada fue contraproducente. En lugar de la victoria aplastante que se esperaba que obtuviera, perdió su mayoría. Su historial como una mala activista también podría traer problemas a su esfuerzo por ganar apoyo para el acuerdo, incluso si no hay una votación pública al final.