El estado de Baja California es la zona con mayor nivel de vacunación contra el covid de México, una isla de seguridad mejor protegida que el mismo California, a solo unos cientos de tentadores metros de distancia.
A medida que el presidente Andrés Manuel López Obrador se apresura para reactivar su golpeada economía, México está priorizando las escasas vacunas para los estados fronterizos, en un intento por vacunar a todos los adultos allí. En Baja California, hogar de Tijuana, el 79% de los residentes de 18 años o más han sido vacunado con al menos una dosis, informó México. En California, esa tasa es solo del 62%, según el rastreador de vacunas de Bloomberg.
Los esfuerzos para vacunar a todos los adultos a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos prepararían a los países para una “reapertura completa de la frontera”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa el jueves. La semana pasada dijo que el Gobierno se concentrará en 39 municipios.
México espera que el éxito en su cruce fronterizo más transitado con EE.UU. persuada a su vecino del norte de admitir viajeros no esenciales, aunque solo sea una ciudad a la vez. La decisión sobre dónde enviar las dosis no es fácil. Solo el 16% de la población del país tiene el esquema de vacunación completo frente a un 47% en EE.UU., y la amenaza de variantes más transmisibles está creciendo en toda la región.
Fernando Alarid-Escudero, investigador de la Universidad CIDE de México que ha trabajado en los modelos de covid-19, dijo que si el objetivo es reactivar la economía, tiene sentido. Añadió que siempre hay que sacrificar algo, lo que podría significar que se vacunara a menos personas en el sur del país, que también es turístico y donde puede haber nuevos brotes.
La secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, dijo en la reunión informativa del jueves en Ciudad de México que espera que el programa de vacunación fronteriza se complete dentro de un mes. López Obrador dijo que en una visita reciente a Baja California, a los funcionarios de San Diego les gustó la idea de reabrir la parte de la frontera que comparten, pero que la decisión depende del Gobierno federal de EE.UU.
El secretario de Transporte de EE. UU., Pete Buttigieg, dijo el jueves que la Administración de Biden no está lista para levantar las restricciones a los viajes internacionales.
“Tiene que basarse en las condiciones”, dijo Buttigieg en una entrevista con Bloomberg Television, señalando que EE.UU. tiene grupos de trabajo con el Reino Unido, la Unión Europea, Canadá y México para determinar cuándo sería apropiado.
La apuesta de AMLO en la frontera se lleva a cabo mientras México entra en una fase crucial. Los funcionarios de salud están tratando de superar al virus mediante la vacunación, pero se enfrentan a la escasez de suministros. Chiapas, por ejemplo, el estado más pobre de México, también tiene la tasa de vacunación más baja: 18% de los habitantes ha recibido solo una dosis.
La campaña de inoculación comenzó lentamente, pero ahora promedia más de 400.000 dosis diarias en comparación con 1 millón en EE.UU., un país con más del doble de su población. México está bien posicionado para el éxito: las tasas de cobertura de algunas vacunas como el sarampión son más altas que el promedio mundial. En mayo, México experimentó una fuerte caída en las muertes por covid cuando aceleró las iniciativas de vacunación, y cientos de miles volaron a EE.UU. para vacunarse.
Pero dado que los suministros son mucho más bajos en México, no tendrá la oportunidad de demostrar que puede superar las tasas de EE.UU., al menos no por un tiempo. México tenía una reserva de alrededor de 60 millones de dosis al 4 de julio, mientras que los fabricantes prometieron 700 millones para EE.UU. para fines de mes. México también enfrenta problemas logísticos para administrar vacunas en áreas remotas, muchas de las cuales históricamente no aceptan la inmunización, según Alarid-Escudero.
La escasez incluso amenaza la campaña de vacunación fronteriza: Pfizer Inc. dijo que reducirá los envíos a México durante tres semanas. Eso llevó a AMLO, como se conoce al presidente, a retrasar la inoculación de la próxima gran ciudad fronteriza, Juárez, durante al menos 15 días. El líder de 67 años también está enviando a la frontera algunas de las vacunas de la más alta calidad, como las ARNm, diciendo que es la preferida por EE.UU.
Mientras tanto, estados como el vecino de Baja California, Baja California Sur, están experimentando un aumento repentino de las hospitalizaciones durante el verano. A nivel nacional, México ha alcanzado los últimos tres días consecutivos su nivel más alto de nuevos casos desde febrero.
Baja California muestra la fragilidad de la estrategia de López Obrador.
El estado utilizó la mayor parte de un envío especial del Gobierno de EE.UU. de más de 1 millón de vacunas de dosis única de Johnson & Johnson para cubrir a su población adulta, lo que hizo en menos de 10 días. Pero después de que el Gobierno agotó la mayor parte de esa asignación, Sonora, el siguiente estado en vacunarse, se centró solo en unas pocas ciudades fronterizas en lugar de hacerlo en todo el estado.
Entonces, ¿cómo fue que Baja California, también hogar de la región vinícola de Ensenada, consiguió vacunar a tanta gente tan rápido? Por un lado, reprodujo métodos estadounidenses que no se usaban en otras partes de México, como los centros que administran vacunas al interior de los automóviles y la conversión de centros comerciales, estadios y museos en centros de vacunación.
También aplicó métodos propios: en un video, el ministro de Salud del estado se para en una silla plegable de metal, dirigiendo el tráfico peatonal en un centro de vacunación. Y el gobernador creó una campaña para advertir a los residentes que si no reciben las vacunas rápidamente, se destinarán a otro estado.
“Demostremos que somos el brazo fuerte de México, el que no se raja ante un piquete y que se vacuna para cuidar de su gente”, tuiteó el gobernador Jaime Bonilla, usando el hashtag de su campaña, #QueNoSeLaLlevan.
Pero ahora que Baja California ha demostrado su fuerza, la pregunta es si habrá suficientes vacunas para otras personas a lo largo de la frontera y más allá.