A medida que los efectos del coronavirus se propagan más allá de China, el pánico resultante está exacerbando la intolerancia contra las personas de ascendencia asiática en todo el mundo. Un lugar donde se ve es en los asientos traseros de los autos Uber y Lyft.
En entrevistas y en línea, los clientes y conductores de ascendencia asiática reportaron una serie de quejas, incluidos comentarios inapropiados o cancelaciones debido a su apariencia o nombre. Una conductora asiática-estadounidense dijo que la cantidad de trabajos disponibles para ella se desplomó recientemente, y una cliente dijo que inicialmente fue rechazada en el aeropuerto hasta que una amiga blanca le explicó al conductor que no viajaban desde China. En los foros en línea, el virus es un importante tema de conversación entre los conductores.
Las aplicaciones de transporte muestran a los conductores y pasajeros el primer nombre, generalmente acompañado de una imagen, de la persona con la que están conectados antes del encuentro. Las compañías han dicho que la función está diseñada para la seguridad y la facilidad de uso, pero durante años se ha señalado como un método de discriminación.
El perfilamiento racial era un problema en los taxis mucho antes de que Uber existiera. Hoy, el brote de coronavirus está alimentando reclamos de discriminación contra los chinos en escuelas de Europa y restaurantes en Corea del Sur. Se ha reportado más de 25.000 infecciones y casi 500 muertes en aproximadamente dos docenas de países desde el primer caso el mes pasado. El virus transmitido por el aire se contagia fácilmente, y el riesgo es especialmente alto en entornos densamente poblados y confinados, como aviones y vehículos de transporte.
Coronavirus: el mundo pone la mira en los viajeros
Uber Technologies Inc. recientemente utilizó su plataforma para tratar de contener la propagación del virus. Uber dijo la semana pasada que una persona en México sospechosa de portar el virus entró en contacto con dos conductores. La empresa temporalmente suspendió las cuentas del cliente infectado, sus conductores y unos 240 pasajeros que viajaron en sus automóviles después. Uber dijo que no ha recibido informes adicionales de infección desde entonces.
Uber y Lyft Inc. dijeron que tienen políticas antidiscriminatorias y que eliminarán del sistema a cualquier conductor o a un pasajero que las viole. Declinaron comentar casos individuales o divulgar el número de reclamos de discriminación presentados a las compañías.
Los críticos sostienen que las compañías no están haciendo lo suficiente para abordar la discriminación. Caitlin Pascua, una conductora de Uber de ascendencia asiática-estadounidense en el área de Los Ángeles, dijo que desde el brote, recibe cancelaciones frecuentes, calificaciones más bajas y menos propinas de los clientes. Pascua dijo que sus ganancias de entregas de alimentos son menos de la mitad que antes, y que a menudo se queda con comidas que ya han sido pagadas pero que los clientes se niegan a recibir. “En el camino para dejar la comida, muestran una foto de perfil mía, para que sepan quién la entregará”, dice Pascua. “Supongo que es suficiente para que la gente juzgue”.
La experiencia de un conductor de Uber en primera persona
Docenas de publicaciones en Twitter de clientes de Uber y Lyft contienen acusaciones de discriminación. Lilian Wang, una empleada de la industria tecnológica, dijo el domingo que un conductor de Lyft en el aeropuerto internacional de San Francisco no abriría la puerta de su automóvil hasta que su amiga se acercara. El conductor “preguntó si habíamos llegado de China” y “señaló que se había negado a llevar a alguien con un nombre que sonaba asiático”. Ella describió su experiencia en Twitter y en una entrevista con CNBC.
Publicaciones en un grupo privado de Facebook popular entre los conductores describen las precauciones que algunos están tomando contra el coronavirus. Incluyen autos abastecidos con desinfectante para manos y toallitas. Harry Campbell, autor del blog Rideshare Guy, dijo sospechar que muchos conductores están pasando por alto a las personas en función de su origen étnico por temor a la infección: “la respuesta que recibimos de los conductores es que su seguridad está por encima de los sentimientos de un pasajero y de cualquier asunto potencialmente discriminatorio”.