El director ejecutivo de Boeing Co., Dennis Muilenburg, está preparado para una importante comparecencia ante legisladores estadounidenses en medio de la creciente presión de su propia junta, los reguladores globales y los pasajeros que vuelan en el 737 Max de la compañía.
En una audiencia en el Senado del martes 29 de octubre a las 10 (hora local) en Washington, el director ejecutivo está dispuesto a manifestar tristeza por los dos accidentes mortales del Max y reconocer los “errores”. No obstante, también debe persuadir al Congreso y a una audiencia mundial de que él y su equipo han abordado los problemas del Max mientras esperan la aprobación final para el regreso del avión al servicio tras una conexión a tierra que le ha costado a Boeing más de US$9.000 millones, un monto que sigue elevándose.
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Muilenburg es el primer funcionario de la compañía que testifica públicamente sobre la responsabilidad de Boeing en las tragedias que costaron la vida de 346 personas y debilitaron la confianza en el fabricante de 103 años. Según su desempeño esta semana está la reputación de la compañía aeroespacial más grande del mundo y su propio futuro al mando.
“Su desempeño probablemente determinará su mandato en esa compañía”, dijo Peter Goelz, exdirector gerente de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, actualmente consultor de seguridad de la aviación. “Si no es una buena audiencia, no estoy seguro cómo la junta directiva podrá seguir apoyándolo”.
Boeing subió menos del 1% a US$340,88 al cierre del lunes. Las acciones han caído un 19% desde el colapso del segundo Max, la mayor caída en el Dow Jones Industrial Average.
Muilenburg, quien fuera despojado por la junta de Boeing de su puesto de presidente este mes, planea iniciar su comparecencia en el Senado al admitir fallas en el Max.
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‘Errores’ de Boeing
“Sabemos que cometimos errores y nos equivocamos”, dijo Muilenburg al Comité de Comercio del Senado de Estados Unidos, según una versión preliminar de su testimonio emitido por la empresa. “Somos responsables de eso y los estamos arreglando. Hemos realizado mejoras en el 737 Max para garantizar que accidentes como estos nunca más vuelvan a ocurrir”.
En sus comentarios preparados, Muilenburg no dio más detalles sobre cómo fallaron el diseño y las pruebas de la compañía. Sin embargo, el demócrata que se presentará en una segunda audiencia el miércoles en la Cámara de Representantes de EE.UU. insinuó que un lapso no revelado previamente es uno de los temas sobre los cuales los legisladores interrogarán al director ejecutivo.
Los ingenieros de Boeing concluyeron que el Max enfrentaba una posible catástrofe si el dispositivo de seguridad implicado en los accidentes fatales se activaba por solo 10 segundos sin que los pilotos lo notaran y respondieran adecuadamente, dijo el representante Peter DeFazio, demócrata de Oregon y presidente del Comité de Transporte.
“Ahora, eso nunca se comunicó claramente a la Administración Federal de Aviación, a nuestro entender”, dijo DeFazio a los periodistas el lunes. “¿Fue una obstrucción intencional o no intencional?”
Las tragedias del Max deberían impulsar una discusión más amplia sobre el papel de la regulación por parte del gobierno de EE.UU. tras décadas de desregulación y restricciones de financiamiento para agencias con supervisión crítica de la industria, dijo Richard Aboulafia, consultor de aviación.