El nuevo año le trajo un trabajo nuevo a Tyler Simon, quien tenía grandes esperanzas para 2020. No duraron mucho. “Con la llegada de la Covid-19, las cosas fueron de mal en peor muy rápido”, dijo Simon, padre de dos hijos, en Summerfield, Carolina del Norte.
Simon, especialista en marketing de una compañía de capacitación en ventas, perdió su trabajo junto con varios compañeros el 7 de abril, menos de dos semanas después del cierre de todo el estado por la pandemia. Dice que muchos de los que sobrevivieron a los despidos sufrieron un recorte salarial del 10%.La historia se repite por todo el país.
Un tsunami de pérdidas de empleos, que comenzó con los trabajadores de restaurantes, hoteles y fábricas, ahora está afectando a las oficinas de Estados Unidos, donde analistas e ingenieros se encuentran entre las filas de desempleados.
En las últimas cinco semanas, unos 26 millones de personas solicitaron prestaciones por desempleo, en la peor crisis de empleo en Estados Unidos desde la Gran Depresión.
‘Hasta los huesos’
Un desglose detallado por profesión no estará disponible hasta dentro de unas dos semanas, pero ya es claro que los despidos afectan a todo tipo de industrias y grupos de ingresos, y a muchos estadounidenses que nunca han tenido que solicitar dicha asistencia antes.
“Lo que vamos a ver es recortes hasta los huesos”, dijo Diane Swonk, economista jefe de Grant Thornton LLP. “Se tiene la sensación de que no hay un lugar donde esconderse, y hay cada vez más daños colaterales”.
Los empleados de oficina escaparon en gran medida a la ola inicial de despidos por el coronavirus, en parte, porque la naturaleza de sus trabajos significaba que era más fácil hacerlos desde casa.
Pero incluso las empresas que lograron mantenerse a flote han sufrido una gran presión sobre los ingresos y los beneficios, ya que grandes partes de la economía están cerradas. Ello está desencadenando una segunda ronda de recortes de empleos o permisos sin sueldo, y los empleados de oficina recibirán un golpe mayor esta vez.
Y los gerentes también están tomando otras medidas. Además de reducir las horas, una medida común en las recesiones, también están reduciendo los niveles salariales, lo que es mucho más inusual y puede ser una señal ominosa para la economía posterior al virus.Los recortes salariales registrados como temporales podrían convertirse fácilmente en una cifra permanente en las nóminas, y los empleados descubrirán que se espera que trabajen por un 10% o 20% menos que antes, según Gregory Daco, en Oxford Economics.“Eso, lamentablemente, es una realidad de la recesión que potencialmente podría durar más”, dijo.
"Tiempos angustiantes"
Los ingresos más bajos frenarían un repunte en la demanda de los consumidores para apoyar la economía una vez que se controle el virus. Por ahora, los trabajadores que perdieron sus empleos se ven obligados a recurrir a los ahorros o la ayuda del Gobierno.
Christy Casanova era gerente de marketing asociado en una startup de belleza de California. Era el tipo de trabajo que podía hacer desde casa, y lo había estado haciendo durante aproximadamente tres semanas. El 27 de marzo, Casanova, junto con muchos compañeros, fueron despedidos a través de una llamada de Google Hangouts.“Tengo que estirar lo que me quede en mi cuenta bancaria”, dijo Casanova, quien finalmente había podido mudarse a su propia casa en Hayward, una población de San Francisco, y también acababa de comprar un automóvil. “Son tiempos angustiantes”.
Los estadounidenses de clase media entraron en la crisis del virus en una mejor situación financiera que antes de la crisis de 2008, con una media aproximada de US$2.000 en ahorros en efectivo. Aun así, meses sin pago pondrán incluso a aquellos que han logrado acumular ahorros bajo presión financiera.
En la mayoría de los estados, las oficinas de empleo están sofocadas con una carga de solicitudes sin precedentes, lo que lleva a retrasos en los pagos en efectivo. El Gobierno también está proporcionando pagos directos de US$1.200 o más a algunos hogares, como parte de su plan de ayuda por el virus, pero la medida en que ayudarán depende del coste de vida local.
Y las perspectivas de un rápido regreso al trabajo son sombrías.Hace solo unos meses, las ofertas de trabajo superaban a los desempleados en más de un millón. Pero las vacantes en sectores como la biotecnología, las finanzas y la contabilidad se desplomaron un 22% entre el 9 de marzo y el 6 de abril, según Glassdoor.
Otro sitio web de contratación, Indeed, estimaba que, a 10 de abril, las posiciones en TI e ingeniería se habían reducido aproximadamente un 30% respecto al año anterior, mientras que en marketing la caída fue del 50%.
“Cuando emerjamos al otro lado de la pandemia, volverá a ser un mercado de compradores de mano de obra”, dijo Elise Gould del Instituto de Política Económica. “La gente estará desesperada por conseguir un trabajo, cualquier trabajo “.