Petróleos Mexicanos descubrió lo que se espera que sea un campo petrolero de miles de millones de barriles en Tabasco, mientras apunta a revertir una década y media de decreciente producción.
Si el nuevo campo, ubicado en la parte sur del golfo de México, se combina con depósitos cercanos, su tamaño es similar a otros descubrimientos de miles de millones de barriles, dijo el domingo por la noche el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, en una entrevista con Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.
Romero dijo que se trata de un campo gigantesco, comparándolo con los recién descubiertos campos de gas y condensados Quesqui, con 900 millones de barriles de petróleo equivalente, y Ixachi, con 1.900 millones. El ejecutivo señaló que Pemex proporcionará más detalles sobre el descubrimiento el 18 de marzo, el aniversario celebrado a nivel nacional de la expropiación de las petroleras.
Según la mayoría de los indicadores, la situación de la petrolera es la peor en sus casi 83 años de historia. Su producción ha caído bruscamente desde los primeros años de este siglo y su deuda, de US$113.000 millones, es la más alta entre las principales compañías de petróleo. Su estrategia para revertir la producción no ha logrado impresionar a los inversionistas, y sus bonos han sido rebajados a basura por parte de Fitch Ratings y Moody’s Investors Service Inc.
Pemex está bajo presión para demostrar que está aumentando su producción bajo el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el poder a fines de 2018, prometiendo revivir a la compañía al revertir las reformas energéticas de su predecesor.
AMLO, como se conoce al presidente, canceló las subastas competitivas de petróleo y gas que permitían a empresas privadas explotar el vasto territorio mexicano sin descubrir de petróleo en aguas profundas, y ordenó a Pemex centrarse en bloques más fáciles de alcanzar y menos costosos en campos en tierra y aguas poco profundas.
Romero indicó que la petrolera estatal nunca dejó de producir el año pasado. Los críticos cuestionaron si esa era la mejor estrategia para 2020, dado que la demanda se desplomó, los pagos de los proveedores tuvieron que retrasarse y la pandemia hizo de Pemex una de sus mayores víctimas. Hasta 502 empleados y contratistas han muerto por complicaciones del covid-19, uno de los mayores índices de muerte entre las empresas a nivel mundial.
Según Romero, la decisión de no parar fue muy importante porque no se perdió el impulso.
HV