El saliente director ejecutivo de Petróleo Brasileiro SA llevó las utilidades a un récord en el cuarto trimestre, principalmente derivadas de ganancias monetarias y un deterioro reversado.
Después de ver a Petrobras alcanzar un récord de producción de petróleo en 2020, a los inversionistas ahora les preocupa que el presidente Jair Bolsonaro intervenga en la compañía para suprimir los precios del combustible y mermar las utilidades. La semana pasada, despidió al director ejecutivo Roberto Castello Branco, experto en libre mercado, y lo reemplazó por un exministro de Defensa después de una disputa pública sobre el ritmo de las recientes alzas de precios.
Petrobras, con sede en Río de Janeiro, reportó una ganancia 59.900 millones de reales (US$11.000 millones) en el cuarto trimestre, lo que se compara con la pérdida real de 1.000 millones de reales en el tercer trimestre, informó el miércoles la compañía en un comunicado. El directorio de la compañía también aprobó 10.300 millones de reales en dividendos, una cantidad superior al pago mínimo requerido gracias al sólido flujo de caja.
El aumento de los precios del petróleo ha sido históricamente una bendición contradictoria para Petrobras, ya que recibe la presión de ambos segmentos –y administraciones que benefician la mano de obra– para reducir los costos de los combustibles. Los camioneros, que paralizaron la economía durante una huelga en 2018 y que forman parte de la base política de Bolsonaro, se han quejado del aumento de los precios del diésel y han amenazado con tomar nuevas medidas, lo que ha llevado al presidente a criticar lo que calificó de excesivas alzas.
“Hay cosas que prácticamente no tenemos poder para cambiar, como el tipo de cambio y el precio internacional del petróleo, que impactarán fuertemente los precios de los combustibles y afectarán los bolsillos de los consumidores”, dijo el miércoles el director ejecutivo entrante, Joaquim Silva e Luna, en una entrevista. La firma “verá lo que es posible hacer, sin sufrir pérdidas”, señaló.