Los tiempos de espera para las entregas de semiconductores volvieron a aumentar en febrero, una señal de que la escasez continúa atormentando a los compradores de chips en una amplia gama de industrias.
Los plazos de entrega —el tiempo que transcurre entre el pedido y la entrega de un chip— aumentaron el mes pasado tres días, a 26,2 semanas, según un estudio de Susquehanna Financial Group. En enero, el grupo informó de que los retrasos se estaban acortando, la primera señal de mejora desde 2019.
Aunque los tiempos de entrega volvieron a aumentar, no lo hicieron tan rápido como durante gran parte de 2021. Pero algunos sectores se han visto más afectados que otros. Los plazos de entrega de los microcontroladores alcanzaron un máximo de 35,7 semanas en febrero, según el estudio de Susquehanna. Los plazos de entrega también aumentaron en una semana y media para los componentes de gestión de energía. Ambos son piezas esenciales de muchos productos electrónicos, incluidos los componentes de los automóviles.
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La escasez mundial de semiconductores comenzó en el primer semestre de 2020, impulsada por la demanda de tecnología de consumo y vehículos provocada por la pandemia. La escasez de chips ha frenado la producción de todo tipo de productos, desde teléfonos inteligentes hasta camionetas, lo que ha provocado una pérdida de ingresos de miles de millones y ha contribuido a la inflación al aumentar los costos.
La administración Biden dijo en enero que preveía que la escasez continuará hasta por lo menos la segunda mitad del año. Los ejecutivos de la industria de chips han advertido que algunos usuarios de chips no podrán obtener todos los suministros que necesitan hasta 2023.
SR / LM