Catar dijo que abandonará la OPEP el mes próximo, un raro ejemplo de la política tóxica de Medio Oriente que rompe un grupo que se había mantenido unido durante décadas y a través de guerras y sanciones.
Catar, miembro del grupo desde 1961, parte con el objetivo de concentrarse en su producción de gas natural licuado, dijo el lunes el ministro de Energía, Saad Sherida Al-Kaabi, en una conferencia de prensa. No mencionó el marco político de la decisión: la mala relación con Arabia Saudita, que ha encabezado un bloqueo contra su país desde 2017, así como el ataque retórico contra el grupo por parte del presidente estadounidense Donald Trump.
“El simbolismo es profundo”, dijo Helima Croft, estratega de productos primarios de RBC Capital Markets LLC y exanalista de la CIA. “Dado que la concentración en GNL no sería incompatible con la participación en la OPEP, la decisión invariablemente hará que mucho concluyan que las divisiones geopolíticas se habían vuelto inmanejables”.
Un vocero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo declinó hacer declaraciones.
Catar es el 11º productor de petróleo de la OPEP por volumen y representa menos del 2 por ciento de la producción total, de modo que su partida podría no tener un impacto significativo en las conversaciones de esta semana para reducir la producción en conjunto con aliados como Rusia. Sin embargo, establece un alarmante precedente para un grupo que se enorgullece de poner los intereses económicos comunes por encima de la política externa, incluso de acontecimientos como la guerra de Irán e Irak en la década de 1980 o la invasión de Kuwait por parte de Saddam Hussein en 1991.
“Abandonar la OPEP es muy simbólico para Catar”, dijo Amrita Sen, analista jefa de la consultora Energy Aspects Ltd. en Londres. “Su producción petrolera se ha mantenido constante, con limitadas perspectivas de incremento”.
Catar tiene escaso peso en petróleo pero es un gigante en gas natural. Si se suma su producción de crudo y condensado –una forma de petróleo ultraligero-, el país produce alrededor de 1 millón de barriles por día, menos de la décima parte de la producción de Arabia Saudita. En los acuerdos de recorte de la producción entre la OPEP y países no integrantes del grupo como Rusia, Catar hizo una reducción de 30.000 barriles por día, apenas un 1,7 por ciento del total.
Si a eso se le suma el gas natural, que proporciona a sus vecinos a través de gasoductos, y como GNL en el plano global, la producción del país llega a los 4,8 millones de barriles por día, y planea expandirla a 6,5 millones, según Al-Kaabi.
“Para concretar nuestra ambiciosa estrategia sin duda hará falta concentrarse en el esfuerzo, el empeño y la dedicación de mantener y fortalecer la posición de Catar como principal productor de GNL”, dijo Al-Kaabi en una declaración. “Quisiera reafirmar el orgullo de Catar ante su posición internacional a la cabeza de los productores de gas natural y mayor exportador de GNL”.