Los precios al consumidor de Brasil cayeron por tercer mes consecutivo, destacando las credenciales económicas del presidente Jair Bolsonaro antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre.
Los datos oficiales publicados el martes mostraron que la tasa de inflación mensual cayó un 0,29% en septiembre, en comparación con la estimación media de -0,33% de analistas encuestados por Bloomberg. La inflación anual se desaceleró a 7,17%.
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El titular se ubica tras el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en las encuestas, pero la carrera sigue siendo competitiva. Y las preocupaciones sobre empleos y salarios son inquietudes primordiales entre los votantes brasileños.
A principios de este año, Bolsonaro, de 67 años, inyectó alrededor de US$8.000 millones en ayuda a la economía más grande de Latinoamérica, incluidos recortes de impuestos radicales, para impulsar el crecimiento y respaldar a los hogares que luchan por hacer frente a la inflación elevada.
El mes pasado, el banco central también optó por mantener su tasa clave sin cambios, poniendo fin a un ciclo de endurecimiento de 18 meses que elevó la tasa de referencia 11,75 puntos porcentuales para combatir las alzas de precios.
Combinados, los esfuerzos del Gobierno lograron bajar los precios, al menos temporalmente, incluso si la inflación anual se mantiene muy por encima de los objetivos de 3,5% para este año y 3,25% para 2023.
No está nada claro cuánto podría ayudar a Bolsonaro una mejora de las perspectivas económicas en un Brasil hiperpolarizado. La mayoría de los votantes escogieron a su candidato hace mucho tiempo, mientras que Lula, 76, ha ganado recientemente el respaldo de una gran cantidad de políticos y economistas influyentes.