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Problemas políticos y legales de Trump aumentan esta semana

Donald Trump no puede dejar atrás su pasado. Justo cuando el presidente parecía estar acercándose a modestas victorias legislativas y comerciales esta semana, una serie de contratiempos legales y políticos relacionados en gran medida con su campaña e investidura amenazaron con traer nuevamente la agitación a la Casa Blanca. Galería de fotos

Trump's Former Lawyer Michael Cohen Gets Three Years In Prison
Trump's Former Lawyer Michael Cohen Gets Three Years In Prison | Bloomberg

Donald Trump no puede dejar atrás su pasado. Justo cuando el presidente parecía estar acercándose a modestas victorias legislativas y comerciales esta semana, una serie de contratiempos legales y políticos relacionados en gran medida con su campaña e investidura amenazaron con traer nuevamente la agitación a la Casa Blanca.

Los fiscales federales implicaron directamente al presidente en violaciones a la ley de financiamiento de campañas, que son delitos potenciales. Su exabogado personal, Michael Cohen, después de recibir una sentencia de tres años de prisión, prometió que testificaría ante el Congreso sobre su trabajo para Trump. El Wall Street Journal informó el jueves que los fiscales en Manhattan están investigando las actividades del comité de investidura de Trump.

Los acontecimientos han intensificado las preguntas sobre la exposición legal y política del presidente hacia su campaña de reelección de 2020, y han contribuido a la creciente sensación de que él y sus aliados han subestimado la dimensión y el alcance de las múltiples investigaciones federales sobre sus asociados y su propio comportamiento como funcionario público.

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Si esperaban que un pago a Stormy Daniels y un proyecto de Trump Tower en Moscú, que nunca se concretó, fueran los principales dolores de cabeza de Trump –y que serían fácilmente eludidos– esta semana se descartó esa idea para siempre.

Nuevas incertidumbres circundan la ya asediada ala oeste, donde los asesores esperan que el Año Nuevo dé paso a un mayor escrutinio por parte de los fiscales y de los demócratas como los nuevos controladores del Congreso. Pero Trump, quien cree que los casos legales contra Cohen, su expresidente de campaña Paul Manafort y otros asociados tienen motivaciones políticas y están destinados a humillarlo y debilitarlo, se mantuvo desafiante.

Pequeño consuelo

Lo que hizo Cohen, dijo Trump en una entrevista en Fox News, "no tenía nada que ver conmigo, excepto los dos cargos de financiamiento de la campaña que no son criminales y que no deberían haber estado allí. Pusieron eso para avergonzarme. Pusieron esos dos cargos para avergonzarme".

"Soy el único al que le pasa esto", se quejó.

Su secretaria de prensa, Sarah Huckabee Sanders, luego insistió a los reporteros que la investigación sobre el comité de investidura tampoco involucró al presidente.

"Eso no tiene nada que ver con el presidente o la primera dama", dijo. “Lo más importante que hizo el presidente en su compromiso con la investidura fue venir aquí, levantar la mano y jurar el cargo. El presidente se centró en la transición durante ese tiempo y no en la planificación de la investidura".

Hubo algo de consuelo para Trump. Nada en las revelaciones se acercaba al tipo de bomba que haría que los republicanos del Senado lo abandonaran y dieran vida a un esfuerzo de destitución. El presidente probablemente está protegido de la persecución mientras está en el cargo y ejerce un poder de indulto que podría beneficiar a sus más cercanos.

Una persona cercana al presidente, que pidió no ser identificada para evaluar con franqueza los desarrollos legales, no dijo nada sobre la semana que había puesto a Trump en un nuevo peligro.

Movimiento "Resistance Christmas"

"Este fue siempre el plan de Resistance Christmas y hasta que alguien encuentre una manera de probar que el presidente es más culpable que John Edwards, cantaré villancicos, como siempre", dijo Michael Caputo, un exasesor de campaña de Trump.

Edwards, un exsenador demócrata de Carolina del Norte y candidato a la vicepresidencia de su partido en 2004, fue acusado de utilizar ilegalmente regalos de donantes políticos para ocultar una aventura amorosa. El Departamento de Justicia retiró los cargos en 2012 después de que un jurado absolvió a Edwards en un cargo y entró en un punto muerto en los otros.

Aun así, las declaraciones públicas de Trump sugieren un presidente acosado por las investigaciones legales que ya enfrenta y que no está seguro de los nuevos peligros que se avecinan. La investigación sobre el comité de investidura –previamente desconocida antes del informe del Journal y de la entrega de los documentos que el FBI incautó a Cohen, según el periódico- sirven de ejemplo.

El jueves por la mañana, Trump emitió una secuencia de cuatro tuits sobre Cohen y su exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, quien también se declaró culpable de delitos federales al servicio de Trump.

"Nunca le ordené a Michael Cohen que rompiera la ley", dijo Trump, sin explicar lo que le había ordenado hacer a su abogado. En abril, Trump dijo a los reporteros a bordo del Air Force One que no sabía nada sobre los pagos secretos de dinero que Cohen le había hecho a Daniels, una actriz de películas para adultos cuyo nombre real es Stephanie Clifford, y a Karen McDougal, una ex chica Playboy. Ambas mujeres sostienen que tuvieron encuentros sexuales con Trump hace más de una década.

Trump concluyó los tuits con un tuit de tres palabras: "¡CAZA DE BRUJAS!"

El misterio de Mueller

Un punto central de las inquietudes del presidente podría ser que los procedimientos de la semana en los tribunales federales le brindaron a Trump y sus partidarios una pista de lo mucho que no saben sobre la investigación del fiscal espacial Robert Mueller.

Cohen pasó 70 horas hablando con los fiscales de Mueller y proporcionó información que el equipo de Mueller dijo que fue útil para su investigación sobre "asuntos relacionados con Rusia". Mueller también dijo esta semana en documentos presentados ante el tribunal que Flynn proporcionó "ayuda sustancial" a la investigación durante el curso de 19 entrevistas.

Aquellos cercanos a Trump se han preocupado por lo que Cohen y Flynn pueden haberle dicho a Mueller, todo lo cual sigue siendo un misterio. Trump ha acusado a Cohen de mentir para tratar de obtener una sentencia reducida.

Pero ese testimonio pronto podría ser público. El abogado de Cohen, Lanny Davis, dijo que su cliente está dispuesto a declarar públicamente después de que Mueller concluya su investigación.

"Llegará el momento después de que el Sr. Mueller haya terminado con su trabajo en el que Michael Cohen estará sentado frente a un micrófono ante un comité del Congreso y lo que tenga que decir sobre la verdad será juzgado por los miembros del Congreso que estén escuchando y luego dependerá de la gente decidir si tiene los hechos o no”, dijo Davis en una entrevista en “Sound On” de Bloomberg Radio.

También es probable que los legisladores demócratas investiguen las revelaciones de que Trump estaba en la sala cuando Cohen y el editor de National Enquirer, David Pecker, discutieron un plan para que el tabloide comprara y ocultara las historias de las mujeres que afirmaban haber tenido una aventura con el candidato presidencial.

El hecho de que la reunión de agosto de 2015 haya llamado la atención de los fiscales federales solo se vio subrayado por un acuerdo de no procesamiento que se dio a conocer el miércoles en el que American Media Inc., la empresa matriz del Enquirer, admitió haber trabajado en la campaña de Trump.

Daño político

Dentro de la Casa Blanca, la preocupación por los acontecimientos se centró en gran medida en las implicancias políticas, más que en las dificultades legales. Se cree que Trump está a salvo de un proceso judicial debido a las directrices no vinculantes del Departamento de Justicia contra la acusación de un presidente en ejercicio.

En cambio, a los asistentes les preocupa más que la cadena de asociados de Trump condenados por un delito tras otro pueda resultar políticamente perjudicial, según un funcionario de la Casa Blanca que pidió no ser identificado comentando una reacción interna. También hay una creciente ansiedad por lo que dirá Mueller en un informe que se espera que resuma la investigación y por lo que harán los demócratas –que tomarán el control de la Cámara en menos de un mes– con esos hallazgos, dijo el funcionario.

Para los demócratas, la participación de Trump en las violaciones de financiamiento de la campaña de Cohen puede equivaler a “delitos graves y delitos menores” procesables. Esto, sumado a todo lo que Mueller concluya acerca de la interferencia de Rusia en la campaña de 2016, la potencial colusión de la campaña de Trump y los posibles intentos del presidente por obstruir las indagaciones del fiscal especial.

Los líderes demócratas en el Congreso han descartado hasta ahora hablar de juicio político por considerarlo prematuro. Y Trump, al argumentar que los pagos que Cohen organizó no eran una ofensa criminal, podría enturbiar las aguas lo suficiente como para causar daño político a los demócratas si intentan destituirlo de su cargo.

"Miras las historias, una tras otra, todas son legales", dijo Trump el jueves. "Los grandes abogados que se dedican a eso dicen que no hay nada ilegal".