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Tensión en Oriente Medio

Vladimir Putin visita Siria, imperturbable tras ataque de Estados Unidos a Irán

Con el mundo al borde de un ataque de nervios por de las crecientes tensiones en Medio Oriente, el líder ruso aparenta calma.

El presidente Bashar al-Assad y su homólogo ruso Vladimir Putin, durante una reunión.
El presidente Bashar al-Assad y su homólogo ruso Vladimir Putin, durante una reunión. | AFP

Con el mundo al borde de un ataque de nervios por de las crecientes tensiones en Medio Oriente, un líder parece imperturbable: el ruso Vladimir Putin. El presidente ruso llegó a Damasco el miércoles 8 de enero  para su segunda visita a la capital siria desde el comienzo de la guerra civil del país hace casi nueve años.

El momento es significativo. Estados Unidos y sus aliados están en alerta por represalias por el asesinato del máximo general iraní, Qassem Soleimani. Los mercados están ansiosos y reina la incertidumbre sobre la continua presencia militar estadounidense en Irak.

Pero Putin está avanzando con su propia agenda en la región. El presidente ruso viajó desde el aeropuerto de Damasco a un puesto de mando de las fuerzas rusas donde se encontró con su homólogo y aliado, Bashar al-Assad.

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Putin viajó desde el aeropuerto de Damasco a un puesto de mando de las fuerzas rusas para encontrarse con Bashar al-Assad

“Esta es una señal clara para los aliados y opositores de que cuando la estabilidad disminuye y aumentan los riesgos, cuando aparece la incertidumbre, Rusia resalta que su presencia en Oriente Medio no cambia, a diferencia de Estados Unidos”, asegura Andrey Kortunov, director del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, un grupo con estrechos vínculos con el Kremlin. “En contraste con la imprevisibilidad de Donald Trump, la consistencia de Rusia se vuelve ventajosa”.

La intervención militar de Rusia en 2015 en el conflicto sirio no solo fue clave para salvar al régimen de Assad, sino que anunció la llegada de un nuevo corredor de poder en una región ya volátil y concurrida. La visita probablemente fue planeada antes de una reunión del miércoles con el turco Recep Tayipp Erdogan, otro líder que ha entrado en la refriega con su incursión en Libia.

Turquía es miembro de la OTAN, pero Putin lo ha cortejado con éxito creciente en los últimos años, a medida que Erdogan se aleja más de los aliados históricos de su país en Europa y EE.UU.

Rusia resalta que su presencia en Oriente Medio no cambia, a diferencia de Estados Unidos, asegura Andrey Kortunov

Con los eventos en Irán monopolizando la atención mundial, existe el riesgo de que otros desarrollos significativos pasen desapercibidos, como la captura de la ciudad costera de Sirte por parte del comandante militar libio Khalifa Haftar. Tiene un valor simbólico y estratégico para Haftar, que cuenta con el apoyo de Rusia, y podría determinar el destino de un país que ha estado atrapado en un ciclo de guerra civil desde que los aliados occidentales derrocaron al dictador Moammar Gadafi en 2011.

En la Casa Blanca, Trump se reunió con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, quien dijo que Estados Unidos siempre podría contar con su país como “un aliado confiable y predecible”. Pero esa reunión solo puso de relieve cómo Irán todavía estaba en primer lugar en la mente del presidente.

Salvamos muchas vidas al terminar con su vida”, dijo Trump sobre Soleimani mientras Mitsotakis observaba. Otros países estaban “extremadamente felices” con el ataque estadounidense, agregó Trump.

Rusia no era uno de ellos. El Ministerio de Defensa del país calificó el asesinato de Soleimani como un paso “miope” que conducirá a una “escalada aguda” de tensiones. Soleimani, dijo el Ministerio, era un “líder militar competente, que tenía una autoridad bien merecida y una influencia significativa en todo Medio Oriente”.