La economía argentina mantuvo una lenta recuperación hasta el final del tercer trimestre, en medio de las señales de que los controles monetarios del Gobierno están afectando las exportaciones, uno de los principales motores económicos del país.
La actividad económica aumentó 1,9% en septiembre respecto a agosto, en línea con las expectativas de los economistas. Desde el mismo mes del año anterior, la economía se contrajo 6,9%, según datos del Gobierno publicados el martes.
El Fondo Monetario Internacional pronosticó el mes pasado una disminución de 11,8% en el producto interno bruto de Argentina para el año, mientras que el Banco Mundial a principios de 2020 calculó la contracción en 7,3%. Estimaciones más recientes están más cerca de la opinión del FMI.
“Esperamos que el PIB real disminuya en más de 10,0% este año, justo por debajo de la caída registrada en 2002”, escribió Tiago Severo, analista de Goldman Sachs Group Inc., en una nota de investigación a los inversionistas.
En octubre, las exportaciones, una fuente clave de dólares muy necesarios para Argentina, disminuyeron 21,6% respecto al año anterior, lo que refleja el primer mes completo que los exportadores tuvieron que lidiar con los controles de divisas implementados a mediados de septiembre. Mientras tanto, las importaciones solo cayeron 2,8% en octubre. El superávit comercial mensual de Argentina se redujo a más de la mitad en los últimos tres meses, de US$1.400 millones a US$612 millones.
Soportando un tercer año consecutivo de recesión, los argentinos enfrentan un desempleo de dos dígitos y una inflación cercana al 40%.