El presidente chileno, Sebastián Piñera, se aseguró una victoria el miércoles cuando los legisladores aceptaron debatir un proyecto de ley tributaria duramente atacado por la oposición.
Luego de las señales de que la oposición rechazaría todo el proyecto, miembros del Partido Demócrata Cristiano rompieron filas y aceptaron aprobar la "idea de legislar". Esto significa que ahora todo el Congreso tendrá que revisar la legislación, que busca impulsar la inversión y el crecimiento en el país suramericano.
El camino de Piñera para esta y otras reformas –trabajo y pensiones– será difícil, en vista de que tomó ocho meses de debate llegar a este punto. Algunos, como Natalia González, vicedirectora de asuntos legales del centro de estudios Libertad y Desarrollo –favorable al gobierno–, ven el vaso medio lleno.
Presidente de Chile presiona a oposición por reforma tributaria
"El Congreso es el lugar para debatir las reformas", dijo González en el programa de radio Pauta Bloomberg. "Eso asienta un precedente que es positivo para el país en términos de que abre puertas para los otros debates que vienen".
La reforma tributaria hace parte de la promesa de Piñera de optimizar los procesos empresariales y atizar la inversión, una tarea difícil si se tiene en cuenta los vientos en contra de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y una perspectiva global más baja. Su objetivo es simplificar una reforma tributaria realizada por la predecesora de Piñera, Michelle Bachelet, culpada por muchos de una desaceleración de la inversión. El crecimiento económico durante los 4 años de Bachelet en el poder fue de un promedio de 1,7 por ciento, en comparación con 4 por ciento en 2018, el primer año de Piñera.
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Un aspecto clave es la reintroducción de la "integración", una característica eliminada por Bachelet que permitía a los tenedores de acciones usar sus impuestos corporativos como crédito para su impuesto sobre la renta personal. La oposición argumenta que esto incrementa la desigualdad y disminuye las rentas. Para que estuvieran de acuerdo, el gobierno tuvo que descartar disminuir la tasa de impuestos corporativos, una de las promesas de campaña de Piñera.
El proyecto de ley de Piñera también se enfrentará a escrutinio por su posible impacto en los ingresos y la calificación crediticia del país. Standard and Poors redujo la calificación crediticia de Chile de A+ a AA- en julio de 2017, seguida por otras agencias.
Si las conversaciones se enredan en las próximas etapas, Piñera se arriesga a perder tanto gobernabilidad como apoyo popular antes de las elecciones municipales del próximo año. "Si Piñera sigue perdiendo capital político, podría generar un estancamiento legislativo", asegura Kenneth Bunker, analista político.
MS CP